CAPÍTULO O1

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⸻ ❝ᴇʟ ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ᴘᴇꜱᴀᴅɪʟʟᴀ❞ ⸻


uno; si has sido niño malo

Yeji se despertó cuando su madre encendió las luces de su habitación. Su hermana menor, Lia, sostuvo su oso de peluche con miedo ya que su madre se veía más pálida de lo normal y su respiración era irregular. Las hizo levantarse de la cama que compartían con ella cada noche que su padre se iba a trabajar y fue corriendo a colocarle el seguro a su puerta.

―Váyanse a su habitación por la puerta del baño, escóndanse en sus armarios y aunque escuchen un grito no salgan de ahí, ¿entendieron?

dos; corre a tu cuarto

Las dos niñas no dijeron nada, su progenitora les miro rogándole que se fueran, pero Yeji estaba bloqueada y Lia asustada. Una súplica más les hizo salir de su trance y fueron corriendo hasta el baño para cruzarlo, cerraron la puerta de éste y colocaron el seguro.

tres; cierra la puerta

Ambas puertas de la habitación de las niñas fueron cerradas por Yeji. Cruzó unos muebles poco pesados y los arrastró con todas las fuerzas que se le permitieron. Lia estaba en un rincón muy asustada y con las primeras lágrimas arrastrándose por sus mejillas mientras su oso de peluche era fuertemente apretado contra su pecho.

cuatro; escóndete ya

Cada una de las niñas tenía su propio armario, Yeji le ordeno a Lia en casi un susurro que fuera a esconderse al suyo, el cual quedaba a lado de su cama. La pelinegra asintió y fue hasta la puerta de su armario para abrirla y esconderse dentro, Yeji fue también a colocarle el seguro para que ella estuviese más protegida de lo que sea que haya invadido su hogar. La mayor fue al suyo y atrancó las puertas desde adentro con las mangas de sus blusas.

cinco; no abras los ojos

Al estar ambas niñas arrinconadas en sus respectivos armarios, como si sus pensamientos estuviesen conectados, decidieron cerrar sus ojitos y cubrir sus oídos. Deseaban poder estar juntas, pero lamentablemente los armarios no eran lo suficientemente grandes como para que dos personas estuviesen ahí dentro sin poder pasar desapercibidos.

seis; no hagas movimiento

El cuarto estaba sumido en un silencio tenebroso que ayudaba al ambiente oscuro ceñido sobre la sección. La luz de la luna se traspasaba debido a las cortinas transparentes y el reloj marcaba cinco minutos antes de las seis de la mañana. Las dos niñas en silencio se quedaron, quietas sin mover ni una sola articulación logrando controlar inclusive su respiración. Estarían a salvo cuando amaneciera, no faltaba demasiado, su padre llegaría en una hora y media y les salvaría.

siete; quédate en silencio

Un grito desgarrador se escuchó saliendo de la boca de su madre. Yeji y Lia se mecieron sus lugares con sus manos cubriendo sus oídos tratando de ignorar los gritos de agonía que su progenitora estaba dando. Querían dejar de llorar, necesitaban mantenerse en silencio total, pero aquellas cadenas arrastrándose después de que un golpe hueco se haya escuchado, era un ruido que les erizaba la piel.

ocho; o Krampus entrará

El mueble puesto para bloquear la entrada a su habitación se iba deslizando conforme el rechinar de su puerta abrirse. Ambas niñas se tensaron a tal punto de escuchar sus corazones latir de manera anormal. Escuchaban los pasos en su habitación, aquella persona estaba ahí ahora mismo y solo necesitaban mantenerse en silencio absoluto para lograr sobrevivir a cuál sea que sería su final.

nueve; y con sus garras

Pero Lia era una niña; una hermosa niña de cinco años que no estaba entendiendo lo que pasaba a su alrededor. Solo tenía miedo, muchísimo miedo y aquel sentimiento le jugo en contra. Movió uno de sus piecitos dentro del armario, pero no fue porque haya sido irresponsable, fue un movimiento involuntario de su musculo interno que tuvo como reacción al sentir un insecto cruzar su pierna.

diez; ¡te descuartizará!

Lo siguiente que Yeji escucho fue el horrible grito que su hermana dio cuando las puertas de su armario se abrieron y le permitieron ver a aquel ser que estaba dirigiendo sus enormes manos hacia ella. Yeji quería salir, quería defender a su hermana, pero el sonido de algo siendo desgarrado y el silencio de la voz de su hermana le hicieron quedar completamente inmóvil y congelada.

Al darse cuenta de la intención contraria por abrir su armario al notar su presencia, se volvió a congelar sabiendo que tendría un final horrible como el de su madre y hermana, pero en cuanto aquellas garras cortaron la madera para abrir la puerta, el sonido de unas personas introduciéndose a la casa mientras gritaban los nombres de las tres se hicieron presentes, entre ellas, la voz de su padre.

Poco le importo todo, abrió las puertas de su armario y no, no se encontró con aquel ser que dejo marcas la madera, pero si alguien le hubiese dicho antes que vería a su hermana, a su pequeña Lia, bañada en un enorme y escurridizo charco de sangre con el abdomen abierto, los órganos a la vista siendo el corazón el único faltante y la cabeza aun con la mirada de horror funcionando como adorno en el pico del árbol de navidad que tenían en su habitación, ella jamás hubiese salido de ahí.

ᴄᴜʀꜱᴇᴅ ᴄʜʀɪꜱᴛᴍᴀꜱ | ɪᴛᴢʏ ᴛᴇʀʀᴏʀ ᴀᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora