Capítulo 4

248 15 37
                                    

ADVERTENCIA: CONTENIDO CENSURADO POR EXPLÍCITO.

Esta versión cuenta con 5,000 palabras aproximadamente. La versión sin censura con 10,000 palabras se encuentra en el enlace dentro del primer comentario de este párrafo..

-0-0-0-

A Lincoln le encantaba pasar el rato con Lana como lo haría cualquier chico con su novia. Con el paso de los días la culpa que sintió por haber tomado la virginidad de su joven hermana se fue apagando, incluso sintiendo la satisfacción de haber sido el primer hombre en la vida de esta, encontrando paz para sí ante lo que ahora finalmente podía ver como una dulce expresión de amor y cariño entre ambos. Lana facilitó mucho el que se sintiese mejor y dejase de martirizarse. Había temido que con el transcurrir del tiempo, ella tomara más consciencia sobre lo que hicieron llegando a arrepentirse, pero eso nunca sucedió.

En ese momento Lana escogía feliz las botanas en el mostrador de la dulcería del cine minutos antes de que la película comenzara. Lincoln le dio al encargado su orden mientras que su novia aún se decidía por lo suyo, cuando lo hizo, enseguida con la energía que siempre exhibía, riendo acompañó a su hermano a la sala tras que pagaran y tomaran sus cosas.

Todo iba bien, cuando de pronto Lincoln escuchó algunas risitas durante el camino a la sala de proyección mientras cargaba con todo. Algunas personas, principalmente mujeres, los miraron señalando lo adorable que se veía el "hermano o niñero de aquella jovencita" que sin pena complacía sus diversiones, en lugar de avergonzarse o impacientarse como lo haría cualquier otro joven de su edad. "Si supieran", pensó obligándose a sí mismo a no darle tanta importancia a eso, pues entonces la culpa y las dudas que tanto se había esforzado por evadir podrían regresar.

Lana se divirtió durante la película, chillando, riendo e incluso saltando en ciertas escenas. A su manera también Lincoln disfrutó mucho del filme, no es que le costara mucho trabajo hacerlo al tratarse de una película de sus géneros favoritos, ciencia ficción y aventuras. Otro punto a favor de su noviazgo era el que ambos compartieran gustos similares.

Comieron de prisa, por lo que a mitad de la película acabaron con todo lo que se compraron, entonces se pusieron más cómodos recostándose contra sus asientos para prestarle más atención al resto de la trama.

En una parte inesperadamente aterradora, Lana se pegó contra Lincoln sujetándolo por un brazo, entonces el chico pasó el mismo por el hombro contrario de Lana para dejar que se le acercara todavía más. Sin despegar la vista de la pantalla emocionada, ella abrazó su torso. Los ojos de Lincoln regresaron su atención a la parte en la que el grupo de héroes había acorralado finalmente a su adversario, cuando en el momento en que el monstruoso ser de manera inesperada le disparó al líder del grupo, Lincoln casi saltó de su asiento provocando algunas risas de las personas que notaron esto desde asientos atrás.

Su reacción la había provocado la mano de Lana cuando la bajó a su entrepierna cortándole la inmersión de la historia que estuvo disfrutando hasta ese momento.

Cuando comprendió lo que estaba ocurriendo, Lincoln con la mirada le llamó la atención murmurándole en voz baja un tanto molesto por su acción.

—¿Qué crees que estás haciendo?

La sonrisa de ella de manera maliciosa se ensanchó más al responderle.

—Divirtiéndome un poco. ¿No te gustaría pasarla mejor de lo que ya lo estamos haciendo?

El chico miró a su alrededor asustado. Era martes. Habían elegido ese día para salir juntos sospechando que por ser entre semana no habría mucha gente, por lo que podrían permitirse ciertas moderadas libertades sin sentir que sus movimientos eran vigilados por entrometidos y curiosos quienes podrían ocasionarles problemas. El plan parecía que podría tener éxito, en toda la sala del cine habría como menos de cuarenta personas, ninguna de ellas en la fila donde ambos se encontraban, quizá un par a dos filas atrás, pero no justo detrás de ellos, tampoco había nadie en toda la fila que tenían enfrente. Quizás nadie se enteraría de lo que podría ocurrir, aunque eso no tranquilizó al chico.

El secreto de nuestro corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora