P R I N C E S A ( PAUSADA )

𝗦𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗲𝗿𝗿𝗼𝗿

Aquel beso significó más que todas las victorias en batalla que había tenido a lo largo de su vida, el tacto de los suaves y dulces labios de Dayami, juraría que sabían a vainilla, aunque el beso no era muy profundo pero deseaba profundizarlo, sentir más de los labios de Dayami sobre los suyos y de manera inconsciente apretó con suavidad el cuerpo de la chica contra el suyo mientras que ella rodeaba con sus brazos su cuello dejando suaves caricias en su cabello. De manera inesperada ella entreabrió sus labios dándole permiso para profundizar el beso, en ese momento debería ser cuando Attuma debería haberse apartado de ella y romper aquel beso que jamás debió darse entre ellos, pero en su lugar correspondió profundizándolo, disfrutando del beso. Pero hubo un momento en que tuvieron que separarse dejando que un fino hilo de saliva les dejase unidos, sus ojos se encontraron en una mirada totalmente apasionada  pero tras ese beso la realidad le cayó encima a Attuma

—Esto ha sido....— empezó a decir pero la joven sonrió, aquella bella sonrisa....

—Maravilloso

—Un error— la sonrisa de Dayami desapareció ante aquello ¡si él había respondido el beso!

—¿Un error?— se separó de ella sin mirarla, no podía volver a mirarla a la cara tras besarla porque si la miraba de nuevo volvería a besarla y si lo hacía iba a perder el poco autocontrol que le quedaba con ella. Pero ella era la princesa.

Su princesa.

—Mírame. Mírame a la cara cuando me hablas, dímelo mirándome a la cara que ese beso ha sido un error— Dayami le dio un empujón que apenas hizo que Attuma se moviese pero ella volvió a golpearle en el pecho pero él no hizo amago de mirarla a los ojos. No podía porque si la miraba sabia que no tendría la fortaleza para negarla —¡Mírame a la cara Attuma!

—¡¿No entiendes que me vuelves loco?!— gritó Attuma sujetando a Dayami por los hombros y apartandola de él —Dayami, ha sido un error porque me ha gustado . Y si te beso de nuevo...si te beso de nuevo haré una tontería, como alguien se entere de este beso tu no pierdes nada y yo lo pierdo todo, mi posición, mi reputación, la confianza de K'uk'ulkan. Me quedo sin nada.

Sin saber si para ti realmente significó algo o soy un capricho   quiso decirle pero no fue capaz, su orgullo le podía.

—No vas a perder nada— se volvió a acercar a él acercando su rostro contra el de Attuma y sujetó con dulzura los negros cabellos del contrario —Si mi padre se entera también se enfurecerá conmigo— nuevamente sus labios se juntaron en un beso breve — Caigamos juntos al abismo.... déjate llevar conmigo.

Y todo estalló.

Sus labios se buscaban con deseo, los besos eran tan apasionados como salvajes, ya Attuma perdió todo autocontrol dejándose llevar por una vez por el deseo y no por la disciplina, el deseo que sentía por Dayami era demasiado. Su princesa. Su Dayami.

Ni iban a irse a casa de Attuma para tener intimidad, era un deseo primario y animal que como se enfriase lo más mínimo iba a recuperar el autocontrol.
Tumbó a la joven sobre el lecho marino y su cuerpo cubrió el de ella, un cuerpo que se veía pequeño bajo el suyo, delicado y tierno pero era su pequeña en ese momento.

Las manos de Attuma recorrieron el cuerpo de Dayami, apretando con deseo mal contenido las curvas de la princesa mientras ella no se estaba quieta y se dedicaba a dejarle caricias por su espalda mientras sus bocas no dejaban de besarse con pasión. Pero pronto Attuma apartó su boca de la de Dayami para besar su cuello con hambre haciéndola gemir de placer. Un sonido que le pareció pura magia  Incluso dejó una detellada en el cuello expuesto de Dayami sin importarle en ese momento que K'uk'ulkan, Dorma o Namora lo vieran, le importaba bien poco si ahora mismo todo Talokan les veía.