X.- El Pasado de un Cazador

9 2 16
                                    

Le pedí un poco de tiempo, no era muy sencillo tener que hablar de ello, más cuando tenemos en cuenta que era un hecho traumático para mí, y por ello esperamos a que Jack y Evangeline despertaran, también merecían saber mi pasado, Eva conocía fragmentos que decidí compartir con ella cuando teníamos momentos íntimos que tuvimos cuando convivía con ella casi a diario, donde no debíamos fingir ante los demás

Así pues, ya con el sol alcanzando el cenit, y después de haber ido a conseguir algo de utilidad para mí, nos sentamos en aquella recamara donde desperté por primera vez aquí en la iglesia

- bueno... esperamos que estés preparado Joven Celestius-comentó Rafael, su tono de voz era pausado y suave, sabía que lo que me había sucedido a mí debía ser terrorífico y muy horripilante- claro, si no quieres exponer tu pasado comprenderemos tu decisión

- es verdad-añadió Jack, su mirada era seria, pero no amenazante, sino convaleciente- es tu elección hablarnos de ello, cazador

- y por ello debería contarles, porque es algo que he estado encerrando por años, dañándome en el proceso, y alejando a muchas personas de mi lado-de mi mochila saqué una botella de Ron, el arcángel me miró con intenciones asesinas, y no lo juzgo, pero yo estando totalmente sobrio no iba a poder hacer nada- le pido autorización para poder comenzar a beber-él lo medito algunos segundos, y luego solo negó con lentitud-

- Joven Celestius... ¿por qué trajo una bebida a este lugar?-inquirió algo incomodo y un tanto molesto-

- sabía perfectamente que estando totalmente sobrio no terminaría esta historia nunca... necesito perder un poco el norte

- vamos afuera, dentro de este recinto prefiero que no ingiera ninguna bebida alcohólica-dijo, esta vez algo más tranquilo-

- yo tengo un lugar-exclamó Jack- no he ido allí en días, era donde vivía antes de que todo esto pasara-nos vimos las caras y luego lo vimos a él ¿A dónde nos llevaría?-

El camino fue un tanto largo, por lo que Kayngel y Rafael, para no llamar la atención, decidieron ocultar sus temas divinos, guardando sus alas y vistiéndose como era la costumbre en las ajetreadas ciudades, con un smoking muy elegante, de color verde claro para Rafael y de un color Verdoso oscuro para el ángel, aunque igualmente la gente no dejaba de posar su mirada en nosotros, yo por ser un extranjero no tan blanco y Kayngel debo suponer que debía ser por su tono de piel, aquí no eran especialmente atentos con las personas de color, casi podría decir que nos veían como fenómenos, pero no era momento para ello, después de salir de la ciudad llegamos a una pequeña cabaña, estaba un poco deteriorada en su fachada, lo que nos hizo arquear una ceja a más de uno y ver con curiosidad a Jack ¿Cuándo consiguió una casa así?

- oigan, no vivía debajo de un puente ¿saben?-espetó, lo que nos hizo vernos las caras los unos a los otros- pero no me quejo, las cosas que tengo son bonitas

Abrió la puerta y nos permitió pasar, y vaya... si era un acogedor lugar, todo muy bien cuidado, los muebles limpios y lustrados, él encendió las luces y se sentó, invitándonos a hacer lo mismo, ya era hora, serví un vaso de ron y los vi, para luego tomar una larga respiración, era el momento de comenzar

"Hace mucho, muchísimo tiempo, yo era muy diferente, energético y alegre en todo momento... Recuerdo que tenía en ese tiempo solo 11, vivía con mi familia en el pueblo San Juan Bosco, cerca de la ciudad de caracas, en el lejano país de Venezuela, como a todo niño, me encantaba salir a jugar con mis amigos, casi siempre con permiso y algunas otras escapado por un túnel que había cavado tiempo atrás, corretear y hacer travesuras era mi rutina diaria, y no me hubiese gustado cambiarla por nada del mundo, pero como toda historia, tiene su final, y ese trágico y desesperante final llegó un día de fin de primavera ... Sería como otoño aquí, las hojas, secas y crujientes bajaban en un hermoso danzar, aterrizando en el suelo con gracia pero con azar en su destino, solo guiados por el viento, mis amigos y yo correteábamos y nos arrojábamos sin miedo en los montículos de hojas, sin embargo ese día se sentía diferente, frío, las calles vacías y lúgubres, como si una espantosa bestia nos estuviese acechando, siempre habíamos oído historias de que en días así los espantos aparecían durante el día y se llevaban a los ilusos

Era de las Sombras #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora