Capítulo 2

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Peligro no es un término, es una amenaza •

01 de marzo de 2023

Carla



La habitación la sentía vacía casi todo el tiempo, sabía que me faltaba algo o más bien alguien que despertara a mi lado que no fuera el asiático, extrañaba mi antiguo yo tal y como estaba y con quien estaba, extrañaba muchas cosas que ahora mismo no tengo y que quiero recuperar, actúe sin pensar y me trajo aquí las consecuencias de mis actos. La cabeza me duele, me palpita la sien y mi cuerpo está con una capa extra de sudor, bebí y mucho hace un par de horas, ya poco a poco me ganaba la confianza de Qiang y eso significaba dormir las veces que era necesario con Qiang, y era siempre... no me molestaba, sinceramente.

—¿Qué haces despierta a esta hora? — preguntó y me moví de mi sitio en la cama.

Eran las 3:56 am y yo no podía dormir con el dolor de cabeza.

—No puedo dormir y me siento mal — confesé.

—Ven loquita — se fue a su baño y lo seguí, sacó su botiquín de emergencia y sacó una pastilla — Abre la boca — le hice caso y luego me dio de beber agua para pasarla, hice todo eso sin perder el contacto visual.

A Qiang le gusta que lo miren con intensidad, eso lo he descubierto cuando me sonríe cada vez que me cacha mirándolo. En el sexo es un Dios no lo puedo negar, desde que mejore físicamente en el sentido de mi salud he tenido sexo, mucho sexo con él y no es molesto... es adictivo a su manera ruda.

Caminamos a la cama de regreso y subí al lado que me correspondía pero él me jalo del brazo subiéndome a su cuerpo.

—No digas nada — dijo antes de que hablara y así hice.

Se sentía bien como mal, él es Qiang Zhaó y yo soy... negué por todo lo que atormentaba mi mente y la dejé en blanco para poder conciliar el sueño y así hice dejándome llevar por las caricias del asiático y caí en un sueño profundo.

••••

Los rayos solares entraban por el gran ventanal, mi cuerpo ardía de la buena manera y mis quejidos entre sueños era lo que yo escuchaba pero sentía las manos de Qiang en mi vagina y su boca...

—Joder... no pares — gemí sumida en el placer que me estaba brindando.

Agarre las sábanas con fuerza y castigue a Qiang con mis talones en su espalda.

—Divina como siempre — susurro y su aliento acariciaba mi punto deliciosamente.

Se que me contradigo de una y mil maneras pero me gustaba despertar así a su lado...

Mi vientre se contrajo y me corri en su boca, su mirada estaba puesta en mis ojos y juro que temblé por esa mirada tan oscura y fría que me dedico, lo agarre de la nuca y lo atraje a mi boca consumiéndolo, yo sabía que estaba ardiendo en el infierno pero se que yo nací en él y él que se quemara y consumirá será Qiang. Sus manos ágiles me apretaron mis senos haciéndome gemir deliciosamente, mis piedras erectas y mi vagina chorreando era la evidencia de que él asiático me volvía ansiosa de follar con él.

—Dame duro — susurre en su boca haciéndolo sonreír como un diávolo, pero no era el verdadero.

—Me encanta darte duro — confesó encajándose en mi vagina como un maldito sadico arrancándome un grito que ahogó con su boca.

La Dama [UR 02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora