Conociendo a A-200

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¡Hola a todos!, ¡casi dos meses sin actualizar! jaja, lamento la demora y les pido una disculpa, en verdad lo siento.

Espero que este capítulo sea de su agrado, gracias a todos aquellos que han llegado hasta aquí, los quiero un montón, a todos ustedes.

Sin nada más que decir, se despide su amigo Wondingfear ;)!

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Poco tiempo pasó desde la salida familiar a la periferia de Yorktown, decir que se encontraban alegeres era poco, pues Annie llevaba un largo tiempo esperando conocer a su padre, mientras que Bis deseaba poder estar con su esposo. 

A los ojos de la peli rubia, ambos sueños parecían imposibles, pues se habían visto truncados por el sacrificio de Ender hacía ya cinco años y los únicos dos lugares en que aún lo podía ver era en fotografías o en el Parque de Sombras de la Federación, además de revivir en sueños los recuerdos que vivieron juntos.

Cuando ella vió otra vez al peliblanco, pensó que era un mal sueño, una mala broma que su mente le estaba jugando como tantas otras veces había sucedido ya. En todas y cada una de ellas, siempre despertaba con lágrimas en los ojos, deprimiéndola y haciéndole sentir aún más triste y miserable; lo único que le permitía seguir adelante era su hija: Andrómeda. Si no fuese por la pequeña, ella se habría quitado la vida mucho tiempo atrás...

Por eso, cuando ambos padres se reencontraron, la mujer no pudo evitar derramar lágrims, creyendo que sería otro sueño en que era devuelta de manera violenta a la cruda realidad; pero cuando Ender la abrazó, todos sus temores se esfumaron, y se permitió llorar por primera vez a lágrima tendida, sin importarle mostrar debilidad o verse vulnerable ante su marido... ante su compañero y familia.

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Ahora que volvían al interior de la base, ambos adultos no pudieron evitar sentirse completos, con la compañía del otro. Annie, o Andrómeda, no había visto nunca tan feliz a su madre, y le gustaba eso, además que ella tambíen se encontraba con el ánimo por los cielos por finalmente poder conoer a su padre, y hasta ahora, no se sentía decepcionada en lo más mínimo: era tal como lo había descrito su madre: cariñoso, protector, atento y un poco loco al romper la autoridad de la tía Tirpitz por haber salido de la base sin una necesidad real. Se sentía feliz...

Ahora mismo el trío se dirigía hacia la casa de la peliblanca para la cena prometida. Al llegar, la mencionada miró a nuestro protagonista con una mirada interrogativa, como diciendo: ¿qué hacen ellas aquí?

Tras algunas explicaciones, la mujer suspiró resignada y le dió la bienvenida a la pequeña familia que tenía delante suyo, puesto que si bien es cierto gustaba de Ender, eso no quería decir que dejaría a su hermana y sobrina completamente de lado a favor del peliblanco

Un Viaje a las Estrellas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora