incursión.

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Las horas pasaron desde la caída de Welimfdor, sobra decir que los supervivientes y altos mandos de la flota estaban hechos un caos absoluto: unos porque estaban en pánico y otros por tener desconfianza a su líder al haber guardado en alto secreto el hecho que podían acoplar una nave de más de setecientos metros a una persona de seis pies de altura en forma de aparejos. En resumen: ocultaron la existencia de un arma lo suficientemente versátil y poderosa como para imponer su dominio sobre toda la galaxia.

Todos fueron trasladados al planeta más cercano y las discusiones entre los distintos miembros no se hicieron esperar y nuestro grupo de protagonistas tardó varias horas en calmar el revuelo que había surgido, o al menos lo suficiente como para poder hablar...

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Tras un tiempo, varias razas desertaron al no confiar lo suficiente en los líderes y terminaron por abordar la facción neutral tras enterarse de la guerra que venía en camino. Pensaban que si se mantenían neutrales en el conflicto, las sirenas no les atacarían y los dejarían en paz.

Poco sabían que aún si barrían con la Federación y los Romulanos, la zona neutral sería la primera en caer ante el poder del enemigo y no habría nada que pudiesen hacer al respecto mas que ver como la vida era exterminada de la faz del universo...

Ender dijo que todo lo que se había hecho hasta ahora por órdenes de Tirpitz, no era con la intención de poder explorar más lugares del universo, sino que eran preparativos para la guerra, y si bien es cierto, muchas cosas no resultaron como querían, el grueso del plan aún estaba en pie: todos los planetas principales de la Flota estelar estaban defendidos como ningún otro lugar, al punto de que lo que sea que entrase en sus atmósferas, sería reducido a escombros mucho antes de siquiera impactar con la superficie del planeta; aunque claro que tenía sus limitaciones.

Si llegase a haber un enjambre de naves como las que destruyeron a Ender, los escudos de los atacantes fueran lo suficientemente poderosos o incluso que las naves tengan tecnología furtiva eran opciones viables para tomar por asalto el planeta entero.

Ante la perspectiva de guerra inminente, todos aquellos que permanecieron, acordaron comenzar a dirigir todo el presupuesto posible, habido y por haber a los esfuerzos de guerra, ellos pensaban que si no hacían esto, sus números iban a ser inferiores a los de las sirenas.

Naves, sondas, satélites y generadores de escudos a nivel planetario fueron construidos y puestos en órbita inmediatamente. Todo esto en un periodo de apenas medio año. Era sorprendente cómo las distintas especies eran capaces de cooperar por un objetivo en común: sobrevivir

Durante este tiempo, hubo diversos ataques a planetas de la Federación y muchos lograron ser repelidos, en este tiempo, Bismarck ganó el apodo de "la Doncella de Hierro" hermosa y letal en el campo de batalla.

Ahora mismo, la flota se estaba preparando para lanzar un ataque de gran poder hacia el planeta natal klingon, puesto que consideraban sería una respuesta de la suficiente magnitud como para indicar que no dejarían que sus acciones en welimfdor quedaran impunes, además de enviar el mensaje que la flota pelearía hasta el último hombre de ser necesario.

Un Viaje a las Estrellas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora