HEATHER IIKnowminII

Quédate

Las luces apagadas, la nieve cayendo, ninguno quería terminar aquel chocolate caliente o tendría que apartarse.

Tan solo un pequeño movimiento de manos de parte de Minho hizo a Seungmin tocar suelo nuevamente.

- Oh... mira que tarde es- tomó todo su chocolate y se levantó, dejando a un asustado y desconcertado Minho.

- No te vayas, por favor- sentía que en cualquier momento se lanzaría a llorar- Quédate- Seungmin estaba de pie y Minho seguía sentado en el suelo.

- Tengo que irme- intentaba no mirarlo, porque si lo hacía era mas que obvio que cedería y talvez hasta le besaría.

- No, no tienes que hacerlo, quedes quedarte- se colocó de rodillas y abrazó las piernas de su menor descansando su cabeza en el estómago de este- Tienes que quedarte... esto es muy difícil para mi.

- Estarás mejor en-

- No, no es cierto, no voy a estar mejor, lo sé y tu lo sabes- se levantó encarando a su menor, mirando esos zorrunos ojos.

- Minho...- suspiró- Tengo una razón para hacer todo esto, no lo hago por simple capricho mio- vio que Minho quería saber la razón, así que se lo diría- Minho, tú n-

- Espera- lo interrumpió- Digas lo que digas, no te voy a dejar ir, no hoy- sostuvo su cintura y besó los labios de su menor, se esperaba de todo, menos que le correspondiera a los pocos segundos, eso le dio una esperanza.

El movimiento de labios era mas frenético, mas movido y húmedo, las caricias aumentaban.

- M-Minho...- Seungmin se apartó- No es momento.

- Bien, pararé- eso había desconcertado a Seungmin, antes, aunque le hubiera pedido que parase, nunca lo soltaba, Minho buscaba su propia satisfacción.- No haré nada que no quieras, solo algo que nos alivie o satisfaga- tomó sus manos y besó ambas- ¿Podrías decirme esa razón? Perdón por interrumpirte.

Minho nunca había sido tan atento y lindo.

- A-ah... cierto... Hoonie, tu nunca cambiarás ¿lo sabes, verdad? Aunque prometías cambiar nunca lo hacías, cuando yo intentaba decirte lo que sentía siempre decías que estaba confundido, que era un simple cariño... me ilusionaste tantas veces que ahora tengo miedo sobre si esto es real o no.

- Seungmin...- Minho en verdad fue muy malo con Seungmin, no lo escuchaba, no estaba a su lado, ni en los peores momentos, ni en los mejores, aunque Seungmin estuvo en todos sus momentos.- Lo siento...- lo abrazó por la cintura- Sé que estuve mal, muchas veces, pero en ese momento yo pensaba que no necesitaba de nadie, que estaba bien por mi cuenta... pero en realidad siempre te necesité, me di cuenta cuando... cuando ya no te tuve.

- ¿Lo ves? Hasta tu mismo lo dices, no me notaste hasta que me fui... Minho, yo amo tu luz y tu obscuridad, conozco todos tus lados, pero tú... estoy seguro que solo conoces mi luz, mi lado brillante, no conoces mis problemas, mis inquietudes, mis inseguridades, mis lágrimas... porque siempre traté de mostrarte una sonrisa para darte al menos lo poco que me quedaba de felicidad.

- Ahora tengo una razón- sin soltar su cintura lo levantó en suelo y lo acostó delicada y cariñosamente sobre su algo destendida cama- Tengo una razón para cambiar.

- Minho, ambos sabemos que aunque lo intentes, en algún momento te cansarás o aburrirás- los brazos de Minho en sus costados y el mismísimo Minho en su encima impidiéndole escapar.

- Eso es porque antes no tenía una razón tan importante como ahora, una razón que nadie podría rechazar.

- ¿Ah si? Entonces dímela- dudaba mucho que Minho mantuviera su palabra.

- Tú- instantáneamente las mejillas del pelinegro abajo suyo se tiñeron de un rojo al igual que sus orejas.- Eres la razón por la que me levantaba todos los días, para verte en la escuela, la razón de no perderte es suficiente para hacer de todo y disculparme mas de mil veces.

Ambos se quedaron callados, Minho besó el cuello de Seungmin, bajó lentamente hasta la unión de su cuello y hombro, donde hacia algunas semanas había mordido, besó repetidas veces ese lugar, una y otra vez, beso tras beso.

- Debió haberte dolido mucho ¿No? lo siento, ¿Qué me pasaba?- se separó y su labio comenzó a temblar- Lo siento...- y las lágrimas simplemente cayeron, había pasado mucho tiempo desde que Seungmin vio a Minho llorar- Yo nunca quise dañarte- las lágrimas de Minho hacían que los sentimientos de Seungmin salgan a flote, así que ahora el pelinegro tenía los ojos cristalinos.

- Tú nunca me dañarías, Hoonie- llevó sus manos al rostro contrario secando y alejando las lágrimas de su mayor.

- En verdad lo siento, todas esas veces que no te hice caso, que te ignoré, ese... yo no estaba pensando, debí provocarte mucho dolor en todo este tiempo- las lágrimas no podían parar.

- Ya no llores, por favor- no sabía qué mas hacer, así que agarró el rostro de su mayor y unió sus labios una vez mas, esta vez con cariño y ternura.

- Nunca me voy a perdonar el haberte dañado- con una de sus manos acarició el rostro de Seungmin- Eres tan indispensable para mi- besó su frente- Que no me di cuenta que te necesitaba todo este tiempo, que siempre te necesité, pero nunca lo noté porque siempre estabas a mi lado.

- Minho, ya basta- si su mayor seguía diciendo palabras así de bonitas estaba seguro de que cedería a cualquier petición de este.

- Por favor no te vayas- hipaba- No toques el suelo- con esa frase revivió viejos recuerdos, cuando Seungmin se quedaba a dormir en su casa o pasaban mucho tiemoo juntos, que Seungmin pise el suelo de cualquier habitación y no decía si iría por algo significaba que tenía que irse.

- ¿Entonces cómo planeas que alcance mi pijama?

- ¿E-eso significa que te quedarás?- la esperanza estaba grabada en sus ojos, como un niño que espera por el helado que le prometió su madre.

- Quisiera decirte que no, que me iré, que no creo en tus palabras... pero no puedo, así que te lo pido, Minho, porfavor no vuelvas a fallarme, este amor me trajo tanto dolor que ya no sé si seguir amandote está bien o no, si puedes hacerme sentir seguro otra vez a tu lado, me quedaré por el tiempo que tu quieras.

- Prometo no dejarte ir, Kim Seungmin, aunque tu ya no me quieras, nunca voy a abandonarte, nunca voy a hacer algo que tu no quieras, voy a protegerte, voy a defenderte- unió sus frentes, seguía llorando levemente, pero ahora tenía una sonrisa en el rostro al igual que su menor.

No hagas que me arrepienta de esta decisión....