No me equivoqué de número, me confundo conmigo misma.
Las dudas de existencia e identidad se ven tan lejanas que me da tiempo de reír todo el día.
Nunca había sido tan feliz, creo, nunca le había encontrado tantos colores a la vida, y sin embargo, irme se siente todavía como una opción, aunque sé que no quiero y ni siquiera he alistado las maletas y ni pienso hacerlas.
¿Quién es él, ese vivo y brillante? Porque yo me recuerdo siempre gris.
Exageraciones, lo único que quiere uno es seguir durmiendo entre humo, porque es lo que conoce, lo que aprendió a agarrarle gusto. No soy nada más que una persona que no sabe nada de nada, incluyendo de sí mismo.
¿Debí haber sido esta durante toda mi vida? ¿Es verdad mi sospecha de no haber sido feliz nunca?
Porque me confunde, y a otros parece confundirles también verme nueva.
Novedad que amo, novedad que me confunde.
