La historia nos lleva a conocer al mismísimo Drácula, Rey de las sombras, cuando reencarna en el cuerpo de un joven estudiante sin poderes ni colmillos, por si fuera suficiente comparte escuela con el cazador que lo asesinó.
• Géneros: Comedia, Dra...
Mew permanece callado, se piensa la propuesta por demasiado tiempo cuando la primera vez que despertó en este cuerpo, no se lo hubiera pensado dos veces y en las noches soñaba con ser convertido en vampiro. Pero ahora todo es diferente, es como si la divinidad le hubiera hecho pasar todo esto como una lección para saber qué se siente ser humano y lo bonito de ellos. Ya no tiene palabras al respecto, solo quiere seguir viviendo esta infinita belleza hasta el final: cuando le crezcan canas y sienta su cuerpo no responder a los mandatos del cerebro. Quiere vivirlo todo.
—Yo no creo ser merecedor de ese puesto, hermano, pero conozco de alguien que sí podría. — Mira gentil a Fluke. Fluke mira atrás suyo para ver si su líder busca a alguien más, pero no hay nadie, entonces vuelve a mirar a Mew. No capta el mensaje.
—Espera, Drac, ¡¿yo?! — Fluke exclama.
Mew asiente paciente y bondadoso. —Pero yo no... Yo... Drac. — Vuelve a lloriquear como bebito, sus pupilas dilatandose hasta acaparar toda la retina blanca con lágrimas al borde. —¡No quiero que nos abandones! ¿Cómo nos valdremos nosotros mismos? Gemini y yo somos dos, pero nuestros cerebros no funcionan mejor.
—Oigan, oigan, ¿desde cuándo no pueden cuidarse solos? Se han cuidado de mi hermano mayor que es una bestia, sin ofender, Max. — Se toma una pequeña pausa para mirar al hermano mayor.
—Perdonado.
—Ustedes dos son lo mejor que puede existir en este mundo y lo mejor que cualquiera podría tener, no lo duden. Pueden cuidar a la civilización humana mejor que nosotros.
Los vampiros se miran entonces sonríen.
—Para ser Drácula deberemos darle de nuestra sangre a Fluke con ayuda del mago Chanon en un ritual.
—Avísame cuándo lo haremos y ahí estaré. — Anuncia Max, sonriente. Los chicos todos abrazan a Mew pese los quejidos de este.
—Chicos, mis brazos... — Les recuerda, pero suspira rendido al verlos permanecer en el abrazo. Recuesta la cabeza para mirar arriba al arbusto del árbol e incluso más allá.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A los tres días, Mew aceptó ir a la fiesta con ambos brazos enyesados, ropa cotidiana puesta. Su progenitora lo dejó frente la casa no sin antes añadir una advertencia: —¡Ten cuidado, hijo! Pasaré por ti a las doce.
—Dale mamá, no te preocupes. — Sonríe Mew asintiendo en su dirección conforme se aleja a la fiesta que desde ya el patio brilla en luces neones púrpura.
Las personas bailan. Todas centradas en su propio mundo sin notar al chico. Quiénes único lo notan son Los Mean Boys, Bible y Nanon teniendo a sus compañeros amorosos a sus laterales (Nico y Euro) e incluso estos también saludan al chico. Mew les sonríe, pero sigue caminando. Buscando a por ese rubio que desde el día uno captó su atención.
Unos pequeños toquecitos de dedos le son hechos en un hombro y Mew voltea. Inmediatamente sonríe viendo a Gulf sonriente. Ese tierno chico viste una chaqueta blanca de hombreras azules, mahones hasta los tobillos, tenis y una camiseta. Juega con sus dedos nervioso.
