28.- Es una dulce venganza, ¿No crees?

703 86 27
                                    

¡La comida estaba de lujo! La textura, el sabor, el cocinado, todo era increíble. No sé si era que estaba muy bueno o que tenía mucha hambre, pero podía repetir como 40 veces si me lo proponía.

El ambiente estaba algo tenso entre Sae y Rin, aunque su madre parecía acostumbrada a sus peleas. Ella calmaba un poco los aires.

– ¡Está delicioso! ¡Es de lo mejorcito que he comido en mucho tiempo! -- Exclamé mientras halagaba la comida de Rize.

– Me alegra que te guste, cariño. -- Dijo a lo que yo no pude parar de agradecerla.

Cuando todos terminamos, nos quedamos en la mesa sentados. La señorita se retiró a por los postres y volvió con trozos de tarta de queso. ¡Que rico!

Nos comíamos esa delicia poco a poco ya que estábamos hablando los cuatro de forma civilizada, cosa que me parecía imposible teniendo a Sae y a Rin dentro de la misma conversación.

– Y dime, querida. ¿Cómo conociste a Rin? -- Su madre empezó el interrogatorio.

– Pues yo trabajo en el proyecto Blue Lock así que era casi un hecho que fuéramos a conocernos. -- Dije con simpleza.

– ¿Y cómo se hicieron amigos? -- Preguntó más interesada. – Me cuesta creer que alguien pueda soportar a mi niño así de bien, jajaja.

– Mamaaa. -- Se quejó Rin.

– Pues no fue fácil. Rin es muy... Como decirlo... -- Estaba pensando en algo que no sonará raro.

– Imbécil. -- Completó Sae.

– No, individualista. Quiere hacerlo todo solo. También es demasiado terco y perseverante, por lo que se hizo daño en algunas ocasiones. Supongo que nos hicimos amigos porque a él no le quedaba de otra. -- Continúe hablando ignorando parcialmente la intervención del pelirrojo para que no se altere el hermano menor de este.

– Ohhh... Pensé que sería algo más emocionante. -- Se decepcionó Rize.

– No fue así. No lo digas así que me haces quedar como un desalmado. -- Se dirigió a mí el pelinegro en cuestión.

– Ah, ¿Qué no lo eres? -- Bromeé un poco, Sae y su madre se rieron un poco.

Rin tosió para disipar las risas y enfocar la atención en sus palabras.

– Pues fue así... Ella es la entrenadora, instructora, enfermera, vamos que es de todo. Eso supuso que siempre nos encontraramos. Con el tiempo ella empezó a coger una molesta confianza con nosotros y yo no me libre de ello. -- Suspiró como si no le gustará, que mentiroso. – Al final, todos se hicieron amigos de ella y ella se hizo amigos de todo. Se preocupa mucho por nosotros y nos cuida mucho también, supongo que es por eso que la considero una amiga.

– ¿Rin Rin me considera su amiga? -- Pregunté con alegría y entusiasmo. – Creo que soy la persona más feliz del mundo ahora mismo.

– ¿Porque no iba a hacerlo? -- Su hermano y su madre parecían disfrutar del drama.

– Bueno, eres bastante egoísta y algo déspota. Tienes una afán por ser el mejor casi insano y digamos que a la mayoría, por no decir todas, de personas que conoce en Blue Lock solo las utilizas para tu beneficio. -- Solté sin más.

El chico puso los ojos en blanco y me soltó una colleja por listilla. Su madre lo regañó mientras su hermano se reía disimuladamente.

– ¿Y Sae? ¿A él también lo conocías? -- Su madre estaba curiosa por saber cómo me relacionaba con sus hijos.

– Pues, por suerte o por desgracia, sí, a él también lo conocí. -- Sae me miró bien serio.

– Uuuuhhhh... ¡Cuenta, cuenta! -- Me animó Rize a hablar.

¿Un fútbol monocromo? (Blue lock × Reader) [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora