Leinar despertó, se sentía un poco asfixiado, quizá fuera porque estaba apretujado contra el pecho del general o porque no acostumbraba a contactos tan íntimos, pero ciertamente se hallaba incómodo. No obstante, oír la respiración calmada de Tríon le hizo pensar en si debía o no alejarse de él. El rubio dio un suspiro y estiró su cuerpo, luego rio entre dientes y dio un suave beso en los labios de Leinar. El chico se sonrojó, no había sido capaz de ocultar el ligero abultamiento que se alzaba en su abdomen bajo.
El general rodó hasta quedar encima de él, entre sus piernas, y le sonrió de forma pícara. El pelirrojo cubrió sus ojos con sus manos y balbuceó palabras inentendibles debido al nerviosismo. Varias veces había besado a Tríon, sin embargo, era la primera vez que sentía tan claramente la forma en que el hombre lo amaba. De repente, y sacándolo de su trance, el rubio apartó sus manos y volvió a besarlo, mientras sus brazos lo rodeaban.
Tríon succionaba con fuerza el labio inferior de Leinar, mientras veía de reojo como este se sonrojaba cada vez más y de poco a poco iba respondiendo a su beso. El chico mordió su labio superior con suavidad y llevó sus manos hacia la espalda definida del otro, apretándolo contra sí. El general comenzó a mover sus caderas a un ritmo suave mientras tomaba con una de sus manos el pelo del joven y lo acariciaba. De pronto, su camisa desapareció, y Leinar sacó fuerzas, nadie sabe de dónde para rodar y quedar exactamente sobre él, a horcajadas sobre su abdomen, en sus ojos, un brillo purpúreo podía observarse, como si hubiese entrado en algún tipo de trance. Tríon sabía que algo iba mal, mas no tuvo el tiempo suficiente para pensar en ello: Leinar acariciaba su erección y la mirada felina en su rostro no auguraba nada bueno. Él movió su cuerpo con ligereza y acarició el abdomen del hombre, percatándose de una cicatriz que antes no había visto. Besó al rubio con lentitud, mientras sus manos apretaban con fuerza sus redondas nalgas y los brazos de su compañero lo rodeaban.
—¡General! –llamó alguien desde el exterior de la carpa
Al instante, los ojos púrpuras del chico volvieron a su rojo característico y al darse cuenta de la posición en que estaba sus mejillas se colorearon, acto seguido se alejó del hombre y se acurrucó, guardando su vergüenza bajo las sábanas. El rubio refunfuñó y de muy mala gana salió, desaliñado y con el torso desnudo a recibir al guardia inoportuno.
Un aura caótica se extendió por todo el lugar en cuanto Tríon dejó la carpa, era indudablemente guapo, más aún cuando se reflejaba en él lo que todos pensaban había sido una noche inolvidable. No obstante, su rostro enojado hablaba por sí mismo… siquiera un loco se atrevería a acercarse a él… era definitivamente un dios… un dios demonio que te arrastraría a las profundidades del infierno sin pensarlo.
—¿Y bien? –resonó una voz molesta —¿Qué era tan urgente que tuvieron la necesidad de interrumpirme? –todo quedó en silencio —¿Hablen o necesitan una motivación extra? –su aura se intensificó, y la parte superior de las carpas comenzó a desaparecer lentamente.
—Majestad – interrumpió la misma voz de antes —El rey demonio ordenó que se presentara de inmediato en el palacio real –balbuceó
Al instante el guardia explotó en una niebla sangrienta. Tríon solidificó aún más su aura y rio como un maniaco, hacía tiempo que sabía que su padre había escuchado de sus éxitos. Incluso le extrañaba que se hubiera demorado demasiado. Intensificó su poder una vez más, y uno a uno todas las personas en el campamento cayeron sobre sus rodillas, sonrió, pero al instante su sonrisa se tornó confusa. Un grito se oyó desde dentro de la carpa del general y de inmediato toda el aura del hombre quedó destruida.
—¡Preparen el carruaje! –dijo disimulando su sorpresa, bien sabía que solo una persona en el campamento podía invalidar su magia de esa forma —¡A mediodía partiré hacia la capital!
Se volteó y entró en la carpa, sus ojos recorrieron el lugar, y una expresión de susto se dibujó en su rostro: Leinar estaba sudando a cántaros en la esquina más alejada de la cama y su respiración era agitada. El general corrió hacia él y lo abrazó con preocupación.
—Me sentí incómodo –susurró —y luego algo rojo salió de mí… entonces… desapareció… pero… me duele… el pecho –dijo de forma entrecortada.
Tríon se sorprendió, sabía que la incomodidad era su propia aura, sin embargo, aún no comprendía por qué la magia de Leinar la había invalidado y por qué este se sentía incómodo. Continuó abrazando al joven y tras varios segundos su ritmo cardiaco se estabilizó. El rubio suspiró, debía contarle sobre su partida, pero no quería hacerle saber que debían separarse tan pronto.
—Lei –levantó su mentón y lo besó —Mi padre me llamó a la capital y debo ir a verlo
—¿Tan rápido te marchas? –los ojos del niño se volvieron acuosos
—No hagas esto difícil para ambos –volvió a besarlo —Yo tampoco quiero marcharme
—¿No puedo acompañarte? –dijo de repente
Tríon suspiró, muchas veces había pensado llevarlo con él a la capital o incluso en mandarlo a su casa para que recibiera una adecuada preparación, pero bien sabía que Leinar no querría separarse de él, además, la capital no era lugar para alguien tan inocente. Sin embargo, esta vez iría con él, y a su lado nadie le haría daño… al menos por esta vez sería egoísta y lo llevaría consigo.
—¿Estás seguro de que quieres acompañarme? La capital no es un lugar para todos Leilei –el joven asintió ante sus palabras, lo que lo hizo suspirar —Ve y despídete de todos, en unas horas partiremos.
Leinar lo abrazó y emocionado salió dando saltos, no estaba dispuesto a separarse de Tríon, ya había pasado mucho tiempo sin verlo y no dejaría que eso volviera a pasar, aunque su determinación significara acompañar a Tríon al campo de batalla, del que tantas cosas había escuchado.
Varias horas después, el trote de los caballos se alejaba del campamento, y junto con él se habría un nuevo mundo para Leinar, quien solo veía emocionado cómo el paisaje se filtraba por las ventanas cristalinas del carruaje.
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🥀El Reinado🥀 (ONC 2023)
Phiêu lưuLos héroes siempre deben proteger a la humanidad, sin embargo cómo es posible ayudar a alguien que te traiciona. Esta es la historia de un heroe que vivió lo suficiente para convertirse en un villano. Él era débil, pero se volvió fuerte y convirtió...