Vegetta, un alfa híbrido de cuervo cuidando a quackity, un omega híbrido de pato quien por varios sucesos es abandonado por su alfa luzu teniendo un bebé en camino.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El alfa híbrido de cuervo se encontraba caminando por el pueblo, notando como el lago principal fue cambiado por lava y algunas construcciones ahora eran de colores negruscos, estaba realmente sorprendido por eso.
Con algo de nervios fue al mercado para comprar cosas que servirían en el embarazo del menor, había leído un libro sobre los omegas y sus cintas, así que se dispuso a conseguir las cosas, mayormente ropa de bebé y material como tela para un nido, sabia que debe tener el olor del alfa, pero él no es su alfa, Luzu es el ex alfa del omega fugitivo que se hospedaba en su hogar, pero ni loco le daría ropa con ese olor a vino con pino.
Logro ver la alcaldía desde lo lejos, notando también como seguía la misma temática del pueblo el cual dejo de llamarse Karmaland a ahora ser pueblo oscuro, muy "original" por parte del alcalde; también noto a hombres armados caminando por las calles, eso le dio algo de inseguridad.
Terminando sus compras desplegó sus enormes alas negras con tonos morados para emprender vuelo directo a su hogar.
Seguro Quackity ya debe estar despierto y sufriendo de los primeros síntomas reales de ser un omega sin alfa para brindarle hormonas por la marca de una mordida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El omega azabache caminaba tranquilamente por el hogar de su salvador, husmeando entre los cofres y cuartos encontrando un armario con ropas del mayor, encontrando la ropa o muda mejor dicho de "cuervo nocturno" estaba impecable y con un olor hermoso del alfa, un olor dulce, agradable como lo es el coco y vainilla, vamos, el olor tan simbólico de los shampoos de los hoteles.
Con curiosidad y dominado mayormente por sus instintos tomo la muda de ropa, llevándola al cuarto donde se quedaba, el cual prácticamente estaba detrás del cuarto donde se encontraba ahora mismo, era muy poco para hacer un nido, pero tenia el olor de un alfa y eso era un ligero alivio para su lastimado omega.
Entro en la cama, destendiendo las mantas y sábanas de esta para crear una base para el nido, acomodando el conjunto dejando la capa para cubrirse y volver a dormir, abrazado prácticamente de esta, dando respiros profundos sintiendo el aroma dulce que desprendia.
Por otro lado vegetta entro al castillo/casa notando el silencio en esta, con cautela entro al cuarto donde se supone que debe estar el omega, antes de entrar noto como su armario estaba abierto al igual que algunos cofres, también noto la falta de su muda de cuervo nocturno, solo negó con su cabeza y entro a la otra habitación encontrando una escena tierna y a la vez triste.
Quackity aquel chico alegre y enérgico estaba ahora recostado en la cama matrimonial con un nido improvisado en este se veía su muda faltante y como la capa lo cubría, en sus ojos gruesas lagrimas caían mientras soltaba hipidos, sintió como su alfa se desesperaba y a la vez alegraba de ver como el omega lo estaba aceptando poco a poco.
Dejo todo a un lado caminando en dirección a la cama, tocando un poco el hombro del azabache dormido, el cual entre sueños lo tomo de su brazo murmurando cosas.
— alfa... Polluelos...
Siguió tocando su hombro hablando con la voz más suave que podía hacer, no quería asustarlo de más, pues ya había sufrido bastante desde hace tiempo.
— Quackity, traje algunas cosas para ti
Y con eso, el menor despertó, tranquilo, sin gritar ni estar alterado, tenía una aura tranquila, sin miedos.
Poco a poco se estaba curando.
— venga, traje material para tu nido, pero al parecer te adelantaste con mi muda
— Uh... Perdón, si quieres la regreso y-
— no, no, quedatela, cuervo nocturno puede esperar, pero tus instintos no
El ambiente se volvió cálido mientras Quackity veía las cosas y tomaba algunas para su nido, la tela especialmente, igual puede que robe de algunas plumas del mayor que se encontraban en su cama la cual no fue arreglada.
39 semanas para el parto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
