Prólogo

601 39 23
                                    

Empezando a valorarte.

Descargó de responsabilidad, no soy dueño de Urusei Yatsura todos los créditos a su respectiva autora Rumiko Takashi.

Música, imágenes y personajes, nada de éso es de mí autoria créditos a sus respectivos autores, lo único que me pertenece es ésta historia.

________________________________________________________________________________

Calma, ¿qué es la calma? la calma es cuándo, ya sea las personas animales o incluso el tiempo mismo del mundo se da un pequeño descanzo, descanzo bien merecido luego de atravesar un sin fin de adversidades, la calma es cuándo una persona luego de haber pasado por un día ajetreado, por el estudió, trabajo o el cuidar de sus hijos, cuándo un animal se detiene a descanzar cansado de correr y correr persiguiendo su cola o a una ardilla, cuándo las estaciones se relajan y pasan de dar azotes torrenciales a una simple brisa fresca, en pocas palabaras la calma es cuándo todo a tu alrededor se vuelve monótono arto de aguantar basura día tras día.

Ahora bien, la calma es buena y en muchos casos necesaria pero, que pasa cuándo la calma llega a un lugar dónde las leyes de la física no actúan cómo deberían, un lugar dónde escuchar explosiones que hacen retumbar el suelo no es más que fuegos artificiales para los pobladores de dicha ciudad, un lugar dónde ver a pescados de un metro que caminaban por las calles como pedro por su casa mientras usaban un tipo de traje espacial que les ayudaba a respirar viene siendo algo normal, un lugar dónde ya en dos ocasiones (quiero aclarar que los acontecimientos de la primera pelicula ya pasaron aquí) fueron casi invadidos por los aliens, (más de uno se reía cuál foca retrasada pensando en cuánto bajaron los rankins de todas esas series que negaban a diestra y siniestra la vida alienigena) un lugar dónde un maldito "pingüino" gigante habitaba junto a sus crías , cuidando el lugar como si fuera su territorio, un lugar dónde casi linchan a una familia entera solo por la desesperación de que su representante posiblemente no pudiera ganar al reto impuesto por dichos seres de otro planeta, afortunadamente para esa familia el chico si gano (desafortunadamente para muchos, perdieron una fortuna púes habían apostado en que los extraterrestres ganarían, véase la hipocresía :v) así es hablo de la ciudad de tomobiki.

En dicha ciudad todo lo antes mencionado pasaba, todos los días sin falta, al día de hoy muchos se seguían preguntando como es que la cuidad no a sido puesta bajo cuarentena, pues el nivel de desastres que ocurrían aquí era abismal, si bien todo lo antes dicho era verdad, hacía una semana que algo había pasado.

Y es que desdé ya hace una semana, la ciudad fue bendecida, luego de mucho tiempo con la calma, una semana había pasado sin ningún tipo de desastre, sin ninguna invasión, sin ningún temblor, muchos se preguntaban que había pasado la gran mayoría sintiéndose como imbéciles al no saber como sobrellevar los días con tanta calma, todos ya se habían acostumbrado a que alguna sub-normalidad pasase día tras día a tal punto en qué en lugar de suspirar de alivió estos se jalaban de los pelos, su ansiedad creciendo exponencial mente a cada segundo que pasaba.

Ustedes dirán, ¿pero no es bueno? ¿no todos los días puede pasar algo interesante? y yo les repito, pescados....... De un metro...... Con trajes de astronautas...... Qué, ¡CAMINAN! por las calles y que para colmo hablaban español fluidamente, ¿en cerio tengo que resaltar esté puntó?.

Dejando eso de lado, si bien la ciudad estaba en un estado de ansiedad constante debido a está "calma" había un lugar que la estaba pasando peor y ese lugar era la academia tomobiki, en aquel sitio se han llegado a vivir experiencias surrealistas, raras y fuera de lo común, digo no es común que a un estudiante se le permita cargar con una katana dentro del establecimiento, más aún cuándo este mismo estudiante metió dos cañones de veinte metros en la institución con el fin de arreglar una disputa siguiendo las tradiciones de su familia.

Urusei Yatsura, Valorándonte Más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora