Demasiado Trabajo

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Otro moretón se asomaba débilmente en su mejilla, tapado con maquillaje tratando de aparentar que su piel de porcelana seguía intacta y sin grietas.

—¿Otra vez Eve?— Mi voz preocupada la sobresaltó, o tal vez fue el hecho de que de le toqué la cara sin que ella tuviera tiempo de procesar que yo no iba a hacerle daño dejándola estática y palideciendo en segundos.

—Fue un accidente, me tropecé y me golpeé con la manija de la puerta, pero estoy bien no te preocupes.— Una respuesta practicada y falsa, se diferenciar un golpe accidental de uno intencionado.

Mi mirada paso de preocupada a frustrada por su falta de confianza, aun que ya la haya ayudado a curar distintas heridas u ocultar algunos moretones sigue sin querer hacer algo contra el imbécil de su esposo.

—Todo el día, todos los días, terapeuta, madre y sirvienta. Tienes que ser hegemonica y luego virgen, enfermera pero en realidad sirvienta.

—Emely...— su voz se vio callada otra vez para seguir escuchando mis palabras que tratan de convencerla de lo que es en realidad.

—"Solo un apéndice", vives para atenderlo y entonces que él no levante un dedo. Una máquina de bebés 24/7 para que el pueda vivir su sueño de una casa con cerca.— Mi brazo se levantó involuntariamente y ella se cubrió por instinto. Me acerqué para tomarla entre mis brazos. —No es un acto de amor si te obliga a hacerlo.

—Lo sé...— sollozos se escucharon de entre mis brazos.— No se que hacer Emy, me da miedo.

—Tranquila yo lo resolveré.

         (...)

Una copa de vino con una excesiva infusión de belladona cuyo sabor es encubierto por las uvas del tinto, una cena, un matrimonio "feliz" y dos viejos amigos.

Me era imposible no notar la manera en la que el repugnante ser vivo que tomaba con una evidente fuerza el brazo de mi mejor amiga por encima de sus hombros no paraba de mirar mi discreto escote de manera lasciva, quiza pueda tomar ventaja de eso.

Horas más tarde, con el idiota ebrio y sus asquerosas manos sobre mi tome mi oportunidad.

Serví una copa de vino tinto a la cual la belladona le agregaba un deje de mortalidad.

—¿Porque hiciste esto?— su horrible voz se hice lugar en la miseria que estaba pasando.

—Tu la hiciste hacer mucho trabajo.



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Escuchen labour por favor.

Dejando de lado que amo esa canción, todavía tengo dos cosas en borradores desde hace un mes y uno de esos solo tiene 31 palabras, y el otro apenas es un título 😭😭😭, el bloqueo creativo esta fuerte.

En fin tengan buen día tarde o noche y pasenla bien se me cuidan y comanse una empanada.

Se les quiere.

Bays 💕

Relatos De Media NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora