No Fué Tú Culpa (Reedición)

Brandy

Brandy y Chilli, su hermana, estaban en el ginecólogo esperando noticias. Habían pasado un poco más de tres meses desde que Thomas y Brandy habían intentado concebir un hijo y con el pasar de los días, ya para las 5 semanas, ambos no habían tenido éxito.
Thomas empezó a cuestionar a Brandy, porque no pasaba nada?. Una idea ilógica se le cruzó por la mente: "Ella no quiere hijos y de seguro está tomando algo para evitar el embarazo!".

Así que él le pidió que fuera a un ginecólogo para saber que es lo que estaba pasando.

Cuando por fin llegó el doctor, este se sentó y la miró fijamente.

-Bueno señorita Cattle, me han llegado los resultados de sus pruebas de laboratorio y le tengo noticias - dijo el Doctor.

-Que es lo que tengo Doctor?- preguntó Brandy nerviosa.

-Lo siento mucho pero usted no puede tener hijos, es infértil- dijo el Doctor.

La noticia le cayó a Brandy como un balde de agua fría. No pudo evitar empezar a llorar desconsoladamente. Ella quería tener hijos con Thomas y ahora la vida le negaba ese regalo.

Chilli solo pudo abrazar a su querida hermana. Esa noticia en parte le afectó también, pero logró controlarse para evitar que su hermana se sintiera peor.

-Brandy no llores, estoy aquí para ti, porque eres mi hermana y te quiero - dijo Chilli.

-Ahora que le voy a decir a Thomas?- Sollozó Brandy.

Chilli ignoraba que debía hacer.

Cuando Brandy le dijo a Thomas, este no se lo tomó nada bien. Se sentía engañado y traicionado.

No quería ver a Brandy por el resto de su vida. La culpaba de que no podía tener hijos, creía que ella se había hecho algo para no tener hijos.

Es más, hasta le dijo que ella debía de estarlo engañando con otro y que por eso se había hecho algo para que no pudiera darle un hijo de otro.

Ella le dió una cachetada, no podía creer que la tachara de infiel. El doctor le dijo que ella estaba biológicamente imposibilitada para tener hijos.

Pero él no escuchó, se limitó a mandarle a sus abogados al día siguiente con los papeles del divorcio.

Ese fué el peor golpe que pudo recibir. El amor de su vida la había botado en el momento que más lo necesitaba.

Y era algo que no le perdonaría por el resto de su vida.