cap. 01

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Un rubio muy apenado yacía sentado en una incómoda silla mientras esperaba la llegada de su esposo

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Un rubio muy apenado yacía sentado en una incómoda silla mientras esperaba la llegada de su esposo. Los empleados a su alrededor lo miraban de mala manera.

Se escuchó el chirrido de la puerta al ser abierta— El señor Hwang está aquí —anunció un empleado.

Felix al escuchar eso levantó su cabeza para mirar entrar a su esposo a la oficina.

—Buenas tardes, ¿Dónde hago el pago? —cuestionó acercándose hacia donde su esposo estaba sentado para sujetar su mano.

—Rompió seis pantallas de cincuenta pulgadas.

—Señorita, pregunté en dónde puedo pagar, no qué rompió mi esposo —habló

La empleada sacó de su bolsillo una hoja y se la dió al pelinegro— Puede realizar el pago en cajas, señor.

Hyunjin se levantó del asiento junto con Felix, éste último se sentía muy avergonzado así que trataba de esconderse en el cuerpo del pelinegro.

—Jinnie... Fue un accidente, yo no quise romper todo eso —mencionó con tristeza.


—No te preocupes, Lixie. Cuéntame cómo pasó esta vez —habló.


Felix hizo un mohín— Uh, bueno... Estaban pasando una película en la tele y me quedé para ver, en eso me sentí un poco mareado y me fui de lado pero no me caí.

—Te dije que debías desayunar, cariño.


—Después de eso me volví a sentir mareado y me traté de agarrar de una televisión, nunca pensé que se iban a caer otras cinco más —comentó con tristeza.

Hyunjin dió unas leves palmaditas al muslo del rubio— ¿Quieres ir a comer?

—Lo siento... —su lobo tenía las orejas bajas, sentía mucha vergüenza. No era la primera vez que ocasionaba este tipo de accidentes, era muy torpe.

—No pidas perdón, hay que ir a comer. Debes estar hambriento

El pequeño omega se aferró al fuerte brazo de su alfa para ocultar su rostro mientras salían de la oficina, así se mantuvo hasta que su esposo realizó el pago correspondiente.

—¿Por qué no me llamaste tú, Lixie? Más bien, ¿Por qué no respondes mis mensajes desde hace una semana? ¿Estás molesto por algo en especial? —interrogó antes de beber un poco de su café

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—¿Por qué no me llamaste tú, Lixie? Más bien, ¿Por qué no respondes mis mensajes desde hace una semana? ¿Estás molesto por algo en especial? —interrogó antes de beber un poco de su café.

Felix, quien comía un rol de canela detuvo todo movimiento, evadiendo la mirada de su esposo.

—¿Lo perdiste?

—No, Hyunjinnie... —Respondió— Aquí está mi teléfono —mencionó mientras sacaba de su bolso su teléfono en dos piezas.

El alfa al ver eso casi se ahoga con el café que bebía— Bebé, ¿Qué le pasó a tu teléfono? ¿Cómo terminó en ese estado?

—Quizás deberías comprarme uno que no se doble, solo uno normal —contesta con un leve mohín.

Hyunjin soltó una pequeña risa— Supongo que sí, dime cuál quieres y más tardar en la noche te lo doy, no me gusta estar incomunicado.

—No quiero elegir nada, Hyunjinnie. El que me des lo voy aceptar —comentó.

El alfa dió un leve apretón a la mejilla del rubio— Te amo, cariño.

—¿Aunque a dónde vaya siempre haya desastres? —cuestionó mirando atentamente con una sonrisa a su esposo.

—Cumplí mi promesa, Lixie —sonrió en grande antes de tomar la mano del rubio y depositar un pequeño beso en la mano de Lix, cerca de su anillo de bodas.

—Hyunjinnie, te amo mucho.

El pelinegro sacó su cartera de su costoso traje para dejar en la mesa un par de billetes, se levantó de la mesa y posteriormente se acercó a su esposo para ayudarlo e irse a casa a descansar.

—Jinnie, ¿Podemos ir a comprar algunos víveres? Hace mucho no lo hacemos.

—Lo que ordenes, mi lindo omega.

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El esposo de Hwang ¹|HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora