cap. 02

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—Permiso, necesito pasar, permiso —pedía un omega de quince años mientras corría por los pasillos de la escuela

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—Permiso, necesito pasar, permiso —pedía un omega de quince años mientras corría por los pasillos de la escuela.

—¡Oye, idiota!

—Lo siento, perdóname —hablaba ya agitado.

El beta hizo una mueca viendo como el omega seguía corriendo, chocando con varias personas— Lee a pesar de ser de nuevo ingreso ya se ha hecho notar.

—Por su gran buena suerte —habló con sarcasmo.

Por otro lado un castaño casi se aventó hacia las escaleras, necesitaba un supresor con urgencia pero alguien se metió en su camino.

—¡Cuidado! —gritó tratando de esquivar a cierto pelirrojo pero al parecer era un sordo.

—¡Oye!

Sin poderse evitar, ambos cayeron por las escaleras, se escucharon quejidos por parte de ambos pero más de uno que de otro.

—¡Ay, omega idiota! ¡Quítate, me duele el brazo! —exclamó con odio el adolescente.

Felix ayudó al alfa a sentarse en el suelo, en menos de unos segundos ya había espectadores.

—¡Mierda, Hwang! ¡Se te ha roto el brazo! —gritó con pánico su acompañante.

El castaño casi llora al ver el brazo del alfa— No era mi intención, te lo juro.

—¡Aléjate, idiota! ¡No me toques! — aventó lejos de él al castaño— ¡Y tú! ¡No está roto se ha dislocado!

Unos horas después Hyunjin yacía con un cabestrillo, mirando fijamente al omega culpable de que él se encuentre ahí, descansando en su muslo. Movió ligeramente al castaño tratando de que despertara.

"Él es el culpable de que yo esté aquí, no debo ser delicado".

Aventó la cabeza del omega sin usar tanto fuerza, según él, pero al parecer había usado mucha ya que vió al omega caer.

—¡Estoy bien! —exclamó el castaño.

—No grites y mejor vete, suficiente tengo con estar aquí gracias a tí.

Felix hizo un mohín— Yo realmente lo siento, no quería lastimarte... ¿Puedes perdonarme?

—Vete, no quiero tus disculpas.

El omega realmente se sintió mal al escuchar eso y más porque su lobo se sentía ansioso, quería mimos del pelirrojo.

—Uh, mis papás ya pagaron la cuenta del hospital y todo lo necesario —habló con timidez.

—Es lo mínimo que debías hacer, ahora vete.

El castaño asintió tomando su mochila —Yo realmente lo siento —hizo una leve reverencia antes de salir de la habitación.

El esposo de Hwang ¹|HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora