2am

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Esa misma noche, despues de la pelea, Paulo se encontraba acostado en la cama que solían compartir, intentando reconciliar el sueño, mirando al techo, para evitar mirar un objeto que le brinde un recuerdo sobre vos.

El sabía que lo que había echo era injustificable, el también se sentía asqueado consigo mismo. Se sentía decepcionado de haber caído en los encantos de Stephanie, se sentía estúpido por aceptar las salidas de ella, por atender sus llamadas y fingir que le importaba las estupideces que le decía.

—Todo por pensar con la chota– Maldecia solo en su habitación. Volvías a su mente, pensaba que merecías a alguien mucho mejor que el, sabía que otros jugadores te tenían en la mira (y que probablemente en unos días tomen la oportunidad de hablarte) pero a el nunca le molestó eso, porque el sabia que eras suya, pero el no era tuyo, el no pudo serte fiel.

Recordó como fue esa noche en Milan, recordó cada estúpido error que cometió.

Después de la sesión de fotos, Stephanie lo invito a un bar conocido de la zona a tomar unas bebidas, Dybala acepto cautivado por la belleza de ella. Despues de unas bebidas, risas y miradas coquetas, el había terminado en la habitación del hotel de ella, totalmente cegado por el deseó.

¿Lo peor? No terminó ahí. El de vez en cuando, cuando ella estaba en la ciudad; lo cual era seguido, iba a verla. Llevandole flores, regalando la atención que a vos te faltaba.

Dybala se sentía como un tarado cuando recordaba la manera juvenil en la que actuó, era un tarado con el deseo de un adolescente en plena pubertad. Volvías a su mente, como vos eras diferente a Stephanie, la forma en la que hablabas, tus expresiones, tu humor, como las cosas que decías eran realmente interesantes. Eras unica para el, Dybala sabia que no habia otra como vos, no hay remplazo.

En un intentó fallido de contener las lagrimas se levantó de su cama y se puso las zapatillas, el no se iba a despedir de vos sin una última noche mágica, una última noche, (_____), y después se podría ir silenciosamente por la puerta de atrás. Entro a su auto y miro la hora 2:00am, —No hay tiempo que perder– y manejó rápidamente hacía el departamento que tenías, lo tenías antes de conocerlo, nunca lo habías vendido, solo por las dudas.

Sentiste como tocaban desesperadamente tu puerta, te acercaste asustada y viste por el pequeño agujero a Paulo, con los ojos rojos y despeinado, trataste de no sentir ningun tipo de pena, y con una voz que fingía estabilidad le dijiste —Dybala, andate. No te quiero ver– trataste de hablarle fríamente, pero a mitad de lo que ibas a decirle tu voz se rompió. —Porfavor (____)– Suplicó Paulo —Dejame entrar, veamos una película o algo– apoyo su cabeza contra la puerta, cansado, seguia suplicandote —Veamos  una película, porfavor, (____), yo me voy sin hacer ruido después– Vos suspiraste, pensando bien en lo que ibas a decir.

—Paulo, porfavor, andate– 
—No, (____), yo no me voy sin una ultima noche magica con vos. Dejame entrar y nunca mas me tenes que ver–
—Paulo..– Vos intentaste contener tus lagrimas—Los dos sabemos que si te dejo entrar no voy a querer que te vayas–
—No me tengo que ir si no queres, (______)– Vos le sonreiste a la puerta, mientras las lágrimas se escapaban de tus ojos.

—Me haces mal, Paulo– Ibas sacandole el seguro a la puerta, por el sonido de la puerta Paulo se emociono, sintió un shock de electricidad recorrer su cuerpo —Veni, pasa– le abriste la puerta de tu departamento —Mañana a la mañana te vas–

Paulo te reviso de arriba a abajo, estabas peor que el, estabas eb tu pijama y el pelo en un rodete que ya se te estaba desarmando en otras palabras; despeinada, el maquillaje corrido por las lágrimas; se dió cuenta de eso por el rimel que estaba en cualquier parte de tu cara, menos en tus ojos. Estabas echa un desastre pero para el, seguias siendo la chica mas bonita del mundo, no, del universo.

—Seguis igual de linda, como el día que te conocí–

Tolerate it. Paulo Dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora