Mañana siguiente

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Dybala se despertó antes que vos, los dos se habian quedado dormidos, abrazados en el sillon. Estabas durmiendo en su pecho, los rayos de sol entraban por la ventana y posaban en tu rostro. El paso su mano por el, moviendo unos cabellos que estaban en tu cara, admirando tu belleza.

El pensó en prepararte el desayuno, hacerte un café con leche y unas tostadas; algo simple, pero el sabía que te encantaba. Pero no podía, tenia una promesa con vos, e iba tratar no romper una de nuevo.

Silenciosamente se levantó del sillon, preocurandose en no despertarte. Te miraba con tristeza, ni siquiera se había ido y ya te extrañaba, los ojos se le humedecían, no quería irse, contenía las lágrimas, sabía que si se iba no podía volver, se tenía que ir sin decir adios al amor de su vida.

Antes de avanzar hacia la puerta, se acercó a tu rostro, el seguia enamorado de vos, el te amaba, pero vos necesitas a alguien mejor, alguien bueno, no cómo el.  Planto un pequeño beso en tus labios, deseando que no tuviera que irse, desensdo que no fuese la última vez que los tocara.

Camino lentamente hacia la puerta, la abrió lentamente, las lágrimas ya no podían ser contenidas; comenzaron a salir, el volteo a mirarte por ultima vez, deseando que las cosas hubieran sido diferentes. 

Tolerate it. Paulo Dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora