Somos celosos ~ kookmin (corrigiendo)

Cap 2

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Después de esa increíble sesión de sexo, los dos salieron deslumbrantes por la puerta de la oficina de Jungkook. Todos se quedaron mirando, sorprendidos de ver lo bien que se veían después de tanto sexo que, a juzgar por los gemidos, fue increíble.

Jungkook y Jimin se acercaron a la secretaria, quien notó todos los chupones que tenían en el cuello y no quería imaginar cómo tendrían sus cuerpos.

—Jenni, quiero que Taemin esté en mi oficina a primera hora mañana.

—Sí, señor.

—Yo también quiero a Lisa en mi oficina a primera hora —añadió Jimin.

—Está bien, señores. ¿Algo más?

—No, eso es todo. Nosotros ya nos retiramos.

Ya en casa, decidieron que iban a publicar algo sobre las fotos para dejar en claro que ellos eran los únicos que podían tocarse y que nadie era mejor que sus esposos. Que no se hicieran falsas esperanzas porque su amor iba para largo.

Después de haber publicado, cada uno se fue a la cama y allí se hicieron mimos y se dijeron cuánto se amaban, para luego dormirse pensando en una sola cosa: cómo iban a romperle la cara a uno y dejar sin peluca a la otra.

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A la mañana siguiente, cada uno se fue a su oficina y allí los estaban esperando.

Jungkook POV

Este idiota cree que no le voy a romper la cara por insinuarse a mi esposo.

—Dime, Jungkook, ¿qué deseas de mí? —preguntó Taemin.

—En primer lugar, no somos amigos para que me llames por mi nombre, y en segundo, soy tu jefe, así que tienes que llamarme señor Jeon.

—Jajaja, no me hagas reír. Recuerda que tú aquí eres solo un empleado más. Que el dueño de la empresa te haya puesto a cargo no quiere decir que seas el dueño.

—¿Eso crees? Pues déjame decirte que el dueño de esta empresa, bueno, no solo de esta, soy yo. —Ahora era Jungkook el que se reía—. Jajaja, déjame informarte que ese día que hablé a la prensa y dije eso fue porque no quería poner en tanto escándalo a Jimin, pero viendo que las cosas no van de acuerdo, les diré quién soy.

—Soy Jeon Jungkook, el hijo legítimo de Jeon Vincenzo, el dueño del imperio Jeon.

Taemin no lo podía creer, pero pensó que Jungkook le estaba mintiendo.

—Jajajaja, Jungkook, inventa otra cosa. Tú, el hijo de Vincenzo, jajaja, por Dios.

—¿No me crees? Escucha. —Jungkook sacó su teléfono, marcó a su padre y puso la llamada en altavoz.

En la llamada:

Vincenzo: Hola, hijo, ¿cómo estás?

Jungkook: Bien, padre. Solo llamé para saludar y para invitarte a mi casa para una cena. ¿Cuándo crees que puedas?

Vincenzo: Hijo, sabes que para ti siempre tengo todo el tiempo del mundo. Tú solo dime cuándo y allí estaré.

Jungkook: Está bien, padre. Le diré a Jimin que prepare todo.

Vincenzo: Está bien, hijo. De hecho, ¿cómo está mi yerno hermoso? Hace tiempo que no lo veo, ya me hace falta a tu madre y a mí. Y díganme, ¿cuándo van a dejar eso de la empresa y van a decir que ustedes son los dueños legítimos de esa y de varias empresas?

Jungkook: Papá, Jimin está bien, y sobre lo de la empresa, voy a hacer un anuncio oficial. Ya me cansé de que me quieran ver la cara.

Vincenzo: Está bien, hijo. Respetaré tu decisión.