(Trauma de Wilson Juárez de 23 años, hasta en la actualidad aún se encuentra en observación en un manicomio especial, debido a su comportamiento agresivo y de bajo control).
Wilson. J: Soy una persona igual que los demás, o eso supongo, tal vez no soy un asesino o un loco psicópata que desea matar a la humanidad para que este aquí en una camilla, atado con cinturones de seguridad, solo al ver que no tengo brazos pensaran que mi trauma fue causado por algo violento como un accidente, pero no, mi trauma le puede pasar a cualquier persona, y lamentablemente me toco a mí.
Todo comenzó con una fobia provocada por los insectos, esos animales desagradables y horribles que para muchos son inofensivos, en especial los malditos gusanos, debo decir que son un tormento en mi cabeza, pero ese no es el caso, quiero contarlo desde el principio y cómo fue que paso todo lo ocurrido hasta llegar a mi actualidad.
Primero que nada, mi fobia comenzó cuando era pequeño, aproximadamente tenía 10 años en ese entonces, mi padre, que en paz descanse, se dedicaba a eso de ser médico forense y debido a que su lugar de trabajo era la casa, siempre estuve rodeado de cadáveres de gente que muere día a día de la peor forma, pero debo de aclarar que la gente muerta no es prácticamente mi trauma en específico, podemos decir que fueron el impulso para que empezara a traumarme.
Recuerdo que un día lluvioso me encontraba jugando en las gradas con mis juguetes, ya era tarde y con eso que estaba lloviendo no podía salir al patio, por lo que no tenía otra opción que jugar ahí, cuando de repente alguien llamo al teléfono de la sala, debo decir que solo vivía con mi padre ya que mi madre murió en el hospital a los pocos meses de tenerme, en vista que mi padre no salía de su oficina tome el teléfono y me dirige al sótano de la casa donde se encontraba.
Es estúpido solo de pensar en que un sótano donde hay una cantidad de muertos no sea mi trauma, pero bueno, baje las gradas y le dije a mi padre que un tal Jorge necesitaba hablarle debido a una emergencia, a lo lejos escuche que mi padre tenía que ir a una escena de crimen donde una pareja había sido asesinada violentamente y necesitaban que el fuera a recoger los cadáveres para hacer la autopsia y recaudar pruebas suficientes para las autoridades.
Mi padre algo apresurado me dijo que se tenía que marchar de inmediato y que me dejaría un momento a solas pero que trataría de regresar lo más pronto posible, me dijo que me encerrara en mi habitación mientras volvía y que por nada del mundo bajara solo al sótano de nuevo, ese día, tomo sus cosas de trabajo y salió corriendo para conducir en su carro.
Ya estando solo en la casa, seguí jugando con mis juguetes tranquilamente hasta que me comenzó a dar un poco de hambre, ya eran las 7:00 p.m. y mi padre aun no regresaba para darme de cenar por lo que salí de la habitación para ir a la cocina y buscar algo para comer, estando ahí empecé a prepararme un sándwich cuando de la nada por alguna extraña razón escuché unos ruidos en la puerta del sótano.
Me acerque lentamente y pregunte si alguien estaba merodeando ahí, pero nadie respondió, tome la manija de la puerta y empecé a girarla lentamente hasta abrirla, cuando de repente, salió un ratón disparado hacia la cocina, asustándome tanto que solté mi bolsa de canicas cayendo todas adentro del sótano, quería de vuelta mis canicas, pero el sótano estaba tan oscuro que decidí ir primero por una linterna.
Baje al sótano y empecé a recoger una por una todas mis canicas para así poderme ir lo más rápido posible cuando escuche que algo movió la cortina donde se encontraban esas personas, sabía que ahí estaban los muertos, pero mi padre nunca me dejaba cruzar esa cortina para ver como hacia su trabajo, por lo que me entro curiosidad de ver que tan asqueroso era lo que el asía con esos cuerpos.
Cuando abrí la cortina, pude ver una mesa de metal manchada de sangre y varios cajones que apestaban a putrefacción donde supongo, se encontraban todos los cadáveres que aún le hacían falta por inspeccionar, pero hasta al fondo se encontraba un féretro grande y algo viejo como si fuera sacado de un cementerio y aun se podían ver las manos que colgaban de este supuesto difunto.
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¿UN SUEÑO? REALIDAD DE TRAUMAS
Horrortodos pasamos por traumas, algunos pequeños y otros que te hacen perder la razón y el control de la realidad, muchas personas que sufren de esto terminan en el mismo lugar, sin poder recuperar sus vidas de antes, cada uno de estas personas tienen su...