I.

57 4 2
                                    




CAPÍTULO I

🖤➸⚪➸🖤➸⚪➸🖤➸⚪

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🖤➸⚪➸🖤➸⚪➸🖤➸⚪


Cuando escuchas la palabra "algoritmo", lo primero que te viene a la mente es algo relacionado con números y ecuaciones, ¿verdad? Pues así era como yo lo veía hasta que conocí a Allan Hale. Según él, los algoritmos son como las recetas secretas para resolver cualquier problema, desde un acertijo matemático hasta conquistar al chico más popular del colegio.

Y así es como nació el "Algoritmo Hale", el plan maestro de Allan (¿Quién lo diría?) para convertirme en una experta en matemáticas y, de paso, llamar la atención de Alex Maxwell. ¿Suena descabellado? ¡Totalmente! Pero, ¿a quién le importa cuando tienes 16 años y el corazón te late más rápido solo de pensarlo?

Todo empezó aquel día en que la señorita Reynolds me citó en el despacho del director para presentarme a Allan Hale. ¿Te has preguntado alguna vez cómo sería tener un tutor de matemáticas que cambie tu perspectiva por completo? Yo tampoco, hasta ese momento. 

—¿Qué hago aquí?— pregunté, con una confusión que alcanzaba niveles estratosféricos.

Reynolds y el director Mathew me esperaban, junto a un chico que parecía haber salido de un cómic de ciencia ficción. Sus enormes gafas eran casi como pantallas de cine y la pila de libros a su lado, digna de una biblioteca de locos.

—Siéntate, Vania —ordenó Reynolds, con un tono más nervioso de lo habitual. ¿Qué había hecho yo para merecer esto? ¿Acaso el "cuatro ojos" tenía algo que ver?

—Estamos aquí por tu desempeño en matemáticas— intervino el director, con la voz grave como si estuviera sentenciando un veredicto.

—Ah— respondí, rascándome la cabeza, tratando de procesar la información. Todo comenzaba a cobrar sentido.

—Por eso él está aquí —dijo la señorita Reynolds—. Allan Hale, tu nuevo tutor de matemáticas.

Lo miré. Con su cabello desordenado y su mirada intensa, parecía el típico genio en su laboratorio, listo para enseñarme los secretos del universo nerd. La idea de estar atrapada con él me entusiasmaba tanto como una visita al dentista.

Allan extendió la mano amigablemente, pero yo la esquivé, provocando una mirada severa de Reynolds. Luego, ella comenzó a darme un discurso interminable sobre la importancia de las matemáticas y cómo Allan me ayudaría a mejorar.

 ¡Ay, por favor! ¿En serio tenía que escuchar todo eso?

De pronto, comprendí que las clases particulares iban a ser un asunto serio y que mi vida sin esta 'oportunidad de sufrimiento' nunca volvería a ser la misma.

—¡Puedo presentar una prueba! —supliqué, intentando aferrarme a cualquier esperanza de escapar de esta pesadilla. Pero Allan, con esa mirada astuta, no estaba dispuesto a ceder. Me había declarado la guerra.

EL ALGORITMO HALE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora