Soo Hyun y Seo Ryong están casados, pero sólo fue un matrimonio arreglado. A pesar de tener dos hijas ni siquiera comporten una cama.
No son para nada el matrimonio que se supone que sea. Sus hijas y hasta ellos mismos son infelices
Pero las cosas...
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Se Ryong
Estábamos sentados comiendo en silencio mientras que los demás hacían bromas, bailaban y me incomodaban aún más. No lo sé, no es tanto mi ambiente. Seo Jin se había ido a discutir con su esposo y Shim Suryeon fue a buscar el baño.
—— ¿Cuanto tiempo estaremos aquí? ¿No lo ves? Todos están ebrios. — me sigo quejando con mi marido quien sigue casado con su teléfono y su trabajo —
—— ... - solo me ignoró prestándole atención a su estúpido teléfono-
—— ... — torcí los ojos y me levanté para ver si todo estaba en orden cuando vi a Seo Jin discutiendo con su marido y a Suryeon escuchando en silencio. Yoon Chul no para de comparar a las dos mencionadas y eso era indignante para ellas. Vi a Suryeon viéndolos discutir y me acerqué a ella, me hizo dar un pequeño salto cuando Seo Jin lanzó la botella de vino con coraje a causa de su marido —
—— Yo solo buscaba el baño... — susurró Suryeon —
Yoon Chul solo se alejó avergonzando de su discusión con su esposa, Suryeon solo la consoló y la dejó allí. En el rostro de Soo Jin podía ver la ira guardada y esperaba que no la soltara conmigo o con Suryeon.
—— ¿Estás bien? — me acerqué tomando sus manos. — Hombres...todos son iguales...eres mejor que esto, Seo Jin...no mereces tal trato. — le doy palabras de aliento y ella me observa fría —
—— No soporto que me comparen contigo o con Shim Suryeon y el lo sabe...y lo sigue haciendo para molestarme. — Es lo malo de demostrarles a ellos debilidad. Lo aprendí por las malas con el ogro allá sentando en la mesa haciendo nada —
—— El matrimonio es un terrible asco. Si yo pudiese retroceder el tiempo, me hubiese escapado para no casarme con aquel patán...
—— Yo también... — miró hacia otra dirección fría aún y perdiéndose en sus pensamientos. Acaricié su hombro y regresé a la mesa viendo a los borrachos disfrutar y a mi esposo trabajando por su teléfono como siempre. Mi vida era infeliz a pesar de todo el dinero que tenía o tal vez no la valoraba como se correspondía. Me senté a mirar lo alegres que eran, pensando en si en verdad merecía estar aquí sentada al lado de un ser frío sin sentimientos. Lo observo en silencio, parece una máquina. No hace si quiera alguna expresión su rostro mientras que sus ojos siguen pegados al teléfono. Llevábamos más de una década casados y yo ya no lo soportaba. ¿Será así hasta la muerte? ¿Para siempre? Que horrible destino es el que me espera. Seo Jin calló mis pensamientos cuando por accidente se derramó vino encima. Sonrió calmándonos y fue a su habitación a cambiarse de ropa.Suspiré y recosté mi cabeza sobre la mesa viendo como Dan Tae se iba a buscar a su esposa —