EUN YEONG
Entré al baño y lancé mis cosas al suelo para echarme agua en la cara desesperadamente. Suspiré y me miré en el espejo.
—— Ya todos se volvieron locos. ¡Todos están locos por ella! — cerré mis ojos suspirando —
Solo se habla de ella en todo el día. Es como si no hubiese nada más de que hablar. Si la odian tanto, ¿por qué siguen hablando de ella? Todos son unos locos obsesionados.
Cerré mis ojos suspirando. Estoy aquí perdiendo el tiempo. Hasta yo estoy pensando en ella. Necesito enfocarme solo en Rose. Es mi única responsabilidad.
Que ella crezca y sea fuerte...
Antes de que yo muera...
Pateé la pared molesta al pensar en todo lo que estaba pasando. Todo estaba fastidiándome.
—— Primero mi madre. Nunca se interesó en nosotras, aparece una huérfana de quién sabe dónde y ya cae a sus pies. Estos inútiles solo sabían hablar de el dinero de sus papis, ¿por qué ahora la acosan? Esto es de locos. — Sonreí molesta y me miré al espejo de nuevo — ¿Qué sigue ahora? — pregunté sarcástica — ¿El insufrible de mi padre interesándose en ella también? — negué ante mi pregunta sarcástica — Ese ya sería el colmo.
Su Hyun se encontraba pensando en su esposa mientras que trabajaba. ¿Por que esa mujer quiere adoptar o ayudar al menos a esa chica? Trataba de usar la computadora para su trabajo, pero los pensamientos lo invadían. No paraba de preguntarse. Cerró el cuaderno que tenía y cerró su computadora levantándose para luego salir de su habitación. Se encontró con su esposa en la sala. Ella miraba por la ventana todo los edificios delante de él alto penthouse. Le echaba agua a sus plantas favoritas con una leve sonrisa perdida en sus propios pensamientos sin siquiera notar la presencia de su esposo. El salió en silencio sin que ella lo notara y subió a su auto.
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𝗚𝘂𝗲𝗿𝗿𝗮𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼𝘀 𝘂𝗻𝗶𝗲𝗿𝗼𝗻 / The penthouse war in life
FanfictionSoo Hyun y Seo Ryong están casados, pero sólo fue un matrimonio arreglado. A pesar de tener dos hijas ni siquiera comporten una cama. No son para nada el matrimonio que se supone que sea. Sus hijas y hasta ellos mismos son infelices Pero las cosas...