7. Estás aquí

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Un nuevo amanecer llegó a estas tierras, y cuando el sol comenzó a elevarse con su resplandor, un leve rayo entró a la cueva dando por iniciado el día, por ende, la manada comenzó a despertar con el fin de prepararse para realizar los planes hechos la noche anterior.

Todos tomaron su papel y comenzaron a agruparse en los grupos ya establecidos. Realmente esta ya es nuestra rutina al llegar a nuevas tierras lo hemos hecho por tanto tiempo que ya no necesitamos de que alguien nos lo ordene. Siempre es igual, la exploramos, vemos que tiene para ofrécenos estas tierras y cuando ya hemos tomado lo suficiente de un lugar lo dejamos para que esta pueda regenerarse a plenitud, siempre es igual y siempre ha sido así, es la ley de la manada. Tomé mi lugar como explorador para revisar los territorios e informar al jefe los hallazgos obtenidos, en cuanto estuvimos listos procedimos a salir para realizar nuestro deber, nos separamos para cubrir el terreno más rápido pues ya teníamos una idea de lo que estábamos explorando y buscando, además de que estas tierras son mucho más grandes que nuestros hogares pasados de esta forma, sería más sencillo el detectar irregularidades que informar.

En cuando salimos de aquella gran roca comenzamos a realizar nuestro trabajo, con el paso del tiempo el sol comenzó a elevarse en el cielo para proceder con el descenso como muestra de que el día estaba por terminar. Ya habiendo explorado mi parte de la gran zona sin encontrar nada relevante o interesantes más allá de lo visto la noche anterior con los rastros de manadas de herbívoros y de algunas hienas no había nada nuevo por informar realmente, decidí que era tiempo de volver a la gran roca para informar de mi escaso reporte. En cuanto llegué a la roca comencé a escalarla por las plataformas naturales del lugar o por lo menos esa era mi intención de no ser por que tropecé con una raíz que salió de la nada y caí por el lateral de aquellas escaleras, la cual me llevó rodando a un sendero que terminaba con una gran pared cubierta de lianas y enredaderas pensando que eso frenaría mi descenso, pero claro, yo no tengo tanta suerte. Atravecé aquella pared inexistente que era cubierta por una cortina de lianas y enredaderas, la cual habría el paso a una cueva escondida en los laterales inferiores de la gran roca, solo me detuve hasta llegar a una charca de agua en los interiores de aquella cueva secreta.

-Genial lo que me faltaba- exprese empapado de agua poniéndome de pie, observando el paradero que mi tropiezo me había conducido -Por Jabes ¿que sitio es este- mencioné estupefacto cundo vi donde estaba parado.

No podría creer lo que veía, por causa de un tropezón había encontrado una cueva secreta dentro de aquella gran roca, esta era aun más majestuosa que la cueva principal de la parte alta de la roca, no solo tenía un gran estanque de agua pura y fresca, sino que el techo era casi nulo pues real mente el techo está confirmado por algunas copas de árboles que hacen sombra además del claro azul del cielo, también había pasto el cual era suave y verde además de abundante. Era casi como si dentro de esta cueva hubiese todo un ecosistema completo.

Simplemente estaba impactado por tan majestuoso lugar que había descubierto por azares del destino, era claro que este lugar era cada vez más sorprendente. Al seguir observando el lugar poder divisar algunos símbolos, runas y figuras en las paredes esparcidas por todo el lugar y al seguir observando pude notar cómo estás té llevaban al fondo de esta cueva, pudiendo divisar no una sino múltiples paredes llenas de estas mismas runas y figuras. Era claro que estas pinturas las había hecho alguien, algo tan impactante y maravillosos no crecen de la nada, tuvo la ayuda de alguien.

Me acerqué lentamente a aquel túnel que te conduce hacia donde las pinturas te llevaban.

Parecía ser un lugar cerrado con una extraña luz azul saliendo de ella al final del túnel sin entender el provenir de aquel mágico resplandor, pude divisar como una silueta de león que parecía formarse con las partícula de luz azul, el cual me indicaba que lo sugiera, este tenía un pelaje gris como la ceniza y en su melena pude divisar que estaba llena de colores brillantes que ondeaba al ritmo del viento a la vez que pude ver como su melena estaba decorada por hermosas flores de todos los colores y tamaños. Al acercarme lentamente a él pude divisar mejor su cara, sus ojos eran nulos eran unas grandes canicas blancas, pero aun así su semblante era calmado y sereno, transmitiendo su paz y amor al ambiente. Esta sensación de paz y serenidad me dio la confianza de seguirlo a ciegas, no sabía a donde me llevaba ni para qué pero estaba dispuesto a seguirlo. En todo momento el silencio era el protagonista de la situación, pero aun así en el ambiente podría escuchar algunos ruidos naturales como si salieran del extraño pero mágico león. Al llegar al fondo de aquella cueva pude divisar aún más símbolos, runas y dibujos, y sin darme cuenta aquel león, desapareció con el viento y solo un leve resplandor, sin decir ni una palabra, pero aun así el ambiente de paz perdura, aun sin su presencia podría oír los ruidos de la naturaleza, el viento dentro de esa cueva seguía corriendo, él sigue aquí. Sentí como el viento jugó con mi joven melena además pude sentir la presencia de alguien a mi lado.

¿Alguna vez supe quien fui? | One Shot | El rey León | Team LumbreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora