Lo ultimo que Kyle espero al volver a Colorado era encontrarse con una versión de Eric Cartman que no imagino ni en sus sueños más bizarros.
No le preocupaba demasiado lo del culto contra Cartman ni que el Hombre-oso-cerdo estuviera involucrado volviendo el inusual pueblo en una zona de guerra que no se ha expandido más allá de la frontera de Denver, no, en realidad para un sitio como South Park eso este lejos de ser lo más extraño que haya ocurrido, sin embargo, Cartman se ha vuelto el verdadero enigma.
Habían perdido contacto después de que no asistió el día del concierto dejándolos con un boleto de sobra y un Butters lo suficientemente enojado como para formar un movimiento de odio, lo estuvo llamando constantemente para recordarle que era un imbécil por haberlos plantado y no dar la cara después, fueron constantes los mensajes que dejaba en el buzón de voz del otro con más improperios de los que una persona debería saber e incluso algunos de ellos sin demasiado sentido, llevado más que nada por el coraje y la decepción mezclados dentro de él.
Eso fue hasta que meses después del día del concierto y poco antes de su partida de South Park, Clyde llegara a la mesa del almuerzo a contar que la madre de Cartman había muerto el día del accidente automovilístico y que, después de ser dado de alta del hospital nadie volvió a saber nada de Cartman. Ese fue un golpe bajo para todos, lo sabe, sin embargo, el vacío que sintió en aquel momento mezclados con la tristeza y la culpa lo dejaron en un estado de desolación por el resto del día.
Cartman era oficialmente huérfano y desde hacía meses nadie sabía nada de él.
Sabe que Cartman es un hijo de perra siendo un peligro latente para la sociedad llevado con su psicopatía sin controlar, sin embargo, seguía siendo un niño que dependía completamente de su madre la cual murió hace meses, meses en los que nadie sabe que ha pasado con Cartman o si se encuentra vivo y a nadie a su alrededor parecía importarle lo suficiente porque la noticia llego hasta ese momento y todo solo se torno tan triste que la necesidad de ver al hijo de puta que le ha arruinado la vida en más de una ocasión es latente dentro de él, solo para asegurarse de que está bien.
Hace un tiempo comprendido gracias a las palabras de Stan que, si bien no puede decir del todo que Cartman sea realmente su amigo, tampoco lo considera su enemigo, en realidad ha llegado a aceptar que es la relación más inusual que tiene en su vida de la cual nunca ha sabido en que lugar están parados ellos dos. Se odian, eso lo sabe y hay más veces de las que se han querido matar o lo han intentado, pero en el fondo no quieren verse muertos y estos meses lejos el uno del otro con toda esta paz llenando su vida sin escuchar una burla a su persona o alguien que lo rete al punto de hacerlo enojar y maquinar planes, llevándolo a extremos recordándole que esta vivo por el fuego de las diversas emociones a flor de piel solo le hizo darse cuenta que en realidad extraña a Eric Cartman más de lo que alguna vez pensó que lo haría.
Recuerda que solo le pidió a Dios que Cartman estuviera bien, aun si el pendejo no se merecía la misericordia de ningún dios.
El resto del día paso normal así como el resto de la semana y con eso llego el paso de los meses en que las cosas alrededor de Butters se empezaban a poner extrañas y el pueblo retornaba en las particularidades en que solía caer cuando una nueva tragedia se avecinaba, todos habían estado demasiado sumidos en sus propias vidas como para haberle puesto la atención debida al nuevo culto que se estaba comenzando a formar y a las desapariciones que se estaban presentando hasta que todo empeoro cuando se encontraron restos humanos tirados en las calles y la escuela fue quemada por un culto de psicópatas de los cuales varios estaban vestidos como un puto jedi.
Entonces una extraña guerra comenzó —nuevamente—, y él se estaba preparando para pelear sintiéndose más cansado que preocupado por la situación cuando sus padres los reunieron con Ike para avisarles que se trasladarían a Phoenix.
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We were born in sin; S.P.
FanfictionTodo lo que tenía que ver con Eric Cartman se le hacía francamente insoportable, así había sido desde que eran niños y así seguía siendo incluso con más de una década de no saber casi nada del otro. Sin embargo, ni el tiempo ni la distancia fueron s...