Me puse una armadura apenas me levanté de la cama.
Generalmente, en casa, habrían tal vez dos o tres doncellas que me ayudarían a levantarme y a arreglarme, más aquí solo estoy yo, y dos guardias fuera de mi habitación, que me despertaron desde fuera y me avisaron de la situación, y no iba a dejar que ningún hombre viniera a ayudarme, por más que al principio del viaje no supiera cómo se acomodaba mi armadura y el tío Iroh tuviera que venir a mi habitación a ayudarme a acomodarla correctamente.
Eran hombres, no se podía confiar en ellos realmente.
Fue duro, sí, tener que hacer cosas que antes alguien más hacía por mí, pero ahora era demasiado sencillo arreglarme a mí misma y ser una persona más o menos independiente.
Abrí mi puerta, y dejé que los dos guardias que estaban fuera de mi habitación me escoltaran a la cubierta, donde ya estaba Zuko mirando a la lejanía, y el tío Iroh.
—Oh, buenos días, querida ______, ¿amaneciste bien?
—Lo suficientemente bien, tío, aunque quisiera haber podido dormir más.
—Zuko ha estado despierto desde hace varias horas, está emocionado por ir a buscar las luces celestiales, así que me disculpo por él y su falta de paciencia.
—¿Cómo?, ¿vamos a ir a buscar la luz?
—No, querida, iremos al pequeño pueblo del Polo Sur. Zuko dijo que vio a al Avatar muy cerca del pueblo, por eso nos despertó tan temprano. —Se quejó el tío. Me vio fijamente y acomodó una hombrera de mi armadura, para después darme pequeñas palmadas en mi cabeza, que aún no tenía el casco.
Ignis, sobre el antebrazo de un soldado, chilló lindamente y gorgojeo para llamar mi atención, aunque, irónicamente, fue Zuko el que volteó con nosotros y se acercó, como si hubiera sido yo la que le hablara.
—______, tío, si el Avatar se encuentra aquí, nuestro viaje terminará, todos podremos regresar a casa, ¿no es emocionante? Solo tenemos que encontrarlo y capturarlo.
—Zuko...
—Príncipe Zuko, recuerda que debes tener cuidado... Querida ______, cuídalo bien.
Y un soldado grita entonces que estamos a segundos de llegar a tierra.
Zuko me mira sonriente, de forma extraña, y me ofrece su brazo, el cual tomo, para ir justo donde la compuerta bajará, creando un puente.
El sonido del barco rompiendo el hielo hace que me duelan los oídos, y me intento separar de Zuko para cubrirlos, pero él me sostiene en mi lugar con delicadeza.
—Ya no tarda en dejar de sonar.
Le asiento, y veo a Ignis alzar vuelo con un agudo chillido mientras la compuerta baja, con nosotros caminando por ella en cuanto es posible.
El "pueblo" del Polo Sur, más que un pueblo, parecía más un simple campamento montado para ser temporal que algo que pudiera ser para vivir permanentemente. También, había solo mujeres y niños pequeños, blanco fácil para cualquiera, en especial para los hombres.
Me sobresalto inconscientemente cuando escucho un grito bastante agudo, y suspiro con vergüenza ajena Zuko se pone delante de mí y usando solo sus piernas deja indefenso y derrotado a un niño con la cara pintada.
Terminamos de bajar, y miramos a las mujeres, buscando con la vista a la tan buscada Avatar, pero yo solo pude observar amas de casa, nadie que nos pudiera hacer frente, ni aún entrenando 10 años.
—¿Dónde lo esconden? —Pregunta Zuko, muy seriamente.
Me muevo por el perímetro seguro y luego me pongo junto a mi prometido, cuando veo que de pronto jala a una anciana y la encara.
ESTÁS LEYENDO
Zuko y tú |Libro Agua|
Fanfiction¿Cómo podría dejar ir solo a mi prometido, con quien me críe desde la niñez, a un exilio sin fin para buscar al Avatar, a quien no se ha visto en más de 100 años? Luego de rogar y exponer que quería hacer una investigación de campo sobre los distint...