❤️‍🔥Capítulo 1❤️‍🔥

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(Cinco años después. . .)


❤️‍🔥Joaquín❤️‍🔥

Miré a Emily, estaba preciosa, luciendo un vestidito rosa pálido, con su espeso cabello negro y rizado cayendo sobre sus hombros. Me gustaba verla tan contenta, feliz, sonriéndole a Azul mientras esta le hacía bromas. Cuando me miró, sentí una punzada en el corazón, aquellos ojos marrones tan idénticos a los de su padre. A veces, soñaba con ellos, me despertaba en una bruma de recuerdos, sintiéndome vacío, apagado, y un poco excitado también, pero entonces, la veía a ella y me daba cuenta de que, tenía otros ojos marrones para mí, unos que nunca me iban a faltar.

Todavía no podía creer que ya hubiesen pasado cinco años desde su nacimiento, cinco años desde que la tuve por primera vez en mis brazos, después de tanto sufrir. Ella fue como un regalo enviado desde el cielo, cuando la tuvimos, todo pareció mejorar, aunque las cosas seguían difíciles, tenerla con nosotros nos hizo la vida más fácil más llevadera. Era una niña alegre, extrovertida, llena de mucha energía y muchas ganas de conocer. Me daba gusto ver que nada de lo que su padre y yo vivimos en el embarazo la afectó, que aún después de los problemas, ella seguía siendo perfecta. Por supuesto, tenía un carácter fuerte, me costaba mucho controlarla algunas veces, enseñarle que a veces, lo que queríamos no lo podíamos tener. Me hacía recordar a su padre en momentos como ese, que era tan duro, tan frío, tan estoico, pero condenadamente hermoso cuando quería.

Unas cálidas manos se posaron en mi cintura, alejando los pensamientos sobre Emilio. Suspiré en alivio, apoyándome en el pecho de Patricio, él sin saberlo, era quien calmaba mi corazón cuando estaba hecho polvo, cuando se acercaban peligrosamente en mi mente los pensamientos sobre Emilio. Me dio un beso en la cíen, sofriéndome.

— Se ve preciosa murmuró, mientras mirábamos a mi hija. — Aunque acaba de decirme que no le gusta el color rosa, que hubiese preferido el gris - me frunció el ceño, mientras aguantaba la risa. — ¿A qué niña de cinco años no le gustan las cocinitas y muñecas rosas? - preguntó.

No le dije, pero dentro de mí respondí: A la hija de Emilio Marcos. A veces, Patricio no entendía a mi pequeña, ella no era como las otras niñas, ella era especial de carácter fuerte a pesar de su corta edad. Eso lo había sacado de su padre, además sumándole la influencia que tenía Emilio en su vida, no me sorprendería que saliera exactamente como él. El que hubiese nacido niña no interfería en nada, ella tenía su personalidad y aprendí a respetársela.

— Quiero decir, a mis sobrinas les encanta mis regalos – siguió diciendo Patricio como si nada.

— Mi hija no es como las demás, ella es. . . diferente - puntualicé, para terminar la conversación.

Observé alrededor la decoración, ciertamente era diferente. Mientras llegaban los invitados, se quedaban un poco confundidos al ver el color gris como decoración, pero ella así lo quiso. Hicimos un pacto, porque no había forma de conseguir algunas cosas de fiesta de ese color y las remplacé por el rosa, solo para que le diera un poco de vida. Emily tenía una personalidad fuerte, imponía sus gustos y a pesar de su corta edad, no le gustaba escuchar un no por respuesta. Algunos le dirían mimada, yo prefería verla como una niña muy determinada.

— ¿Qué te parece si nos damos una escapada a la habitación? - susurró Patricio, después de cambiar de tema. Se presionó contra mi trasero, y eso envió una punzada de excitación a mi cuerpo. Sin embargo, le di una mala mirada.

Cálido como el fuego ( Emiliaco )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora