Prólogo: Un buen amigo.

907 110 35
                                    

No soy dueño de Fairy Tail o Fate, crédito a sus respectivos dueños.

--------------------------------

"Pero si te vas... nunca serás libre" No pude evitar la sorpresa ante esas palabras. Realmente significaron mucho en ese mismo momento. Fue entonces cuando le di una sonrisa algo resignada.

"Rin, cuida de mi... ya sabes que soy un poco inútil. Deberás apoyarme" Fueron mis palabras mientras me desvanecía frente a una chica de rojo. Parecía triste cuando dije eso.

"Archer... entiendo. Me esforzare... me esforzare para que no sea tan retorcido como tú y que consiga quererse a sí mismo, así que tú también..." Fueron sus palabras que poco a poco se llenaban de esperanza, me sentía conforme.

"Me alegro de escucharlo. Estaré bien, Tohsaka. Yo también me esforzare" Fue en ese momento donde entregue una última sonrisa sincera antes de desaparecer.

...

Es el mismo sueño que tengo de vez en cuando. Aun no descubro lo que significa. Lo único que sé es que un día simplemente desperté en este lugar, no recuerdo mucho, solo tengo algunos sueños que a los que no puedo darle formas. Desde caminar en un lugar cubierto de llamas para ser salvado por un hombre con una sonrisa envidiable, hasta caminar en la sima de una colina de espadas.

Esta pequeña cabaña es lo único que tengo realmente, cuando desperté en el frio nevado de esta montaña caminé aferrándome a la vida hasta que la encontré. Había algunas herramientas para mi uso, algunos libros que por algún motivo sabía leer. Herramientas que sin ningún tipo de explicación lograba usar bastante bien, no solo eso incluso podía ver la historia de estas como si fuera algo normal. De hecho, pasaba muy seguido, desde los cuchillos hasta las herramientas de trabajo.

Fue cuando estaba buscando comida luego de que los recursos se agotaran cuando algo llego a mi mente. "Trace on" Fue entonces cuando actúe por mero instinto para crear un arco de la nada junto a una flecha que sin problemas perforaron el ojo de un conejo a más de cien metros. No sé cómo lo hice, pero fue agotador. Mi cuerpo aun es pequeño, según mis cálculos quizás cinco o seis años para ser precisos.

Ha pasado cerca de un año desde que me encuentro en este lugar. No sé cómo llegue, no sé quién es mi familia, no se la razón por la que me encuentro en este lugar solo sin nadie que este a mi lado ¿Fui abandonado? Una vez baje al pueblo más cercano, creo que recibí muchas miradas extrañas, mas no fue algo que me molestara mucho realmente, de hecho, por un segundo logre socializar un poco, pero la idea de referirme a mi mismo como un mago me preocupo un poco, aun cuando se que el arco junto a las flechas que soy capaz de invocar es una forma de magia. Pero al mismo tiempo no me siento seguro hablando de eso.

Fue en ese tiempo que me centre en solo sobrevivir en mi hogar. No me fue difícil realmente, lo más complicado era recoger leña para el fuego, creo que mis brazos no son lo suficientemente fuertes como para encargarme de eso por ahora. No es una vida realmente complicada, mas siempre tengo la misma duda ¿Quién soy y que hago aquí? Lo único que pasa por mi mente son los sueños que siempre tengo, y el nombre: Emiya Shirou. Aunque me molesta la idea de usarlo ¿hay algún problema con mi propio nombre? Poco a poco es como si los recuerdos, costumbres o cosas que no estaban antes simplemente aparecieran para guiarme en mis días.

Unos años después.

"Ahora ¿Puedo saber la razón por la que destruyeron mi patio?" Hable algo enojado a dos chicas que se encontraban frente a mi llenas de golpes infligidos en una pelea de magas que estaban teniendo en el momento que las detuve. Una de cabellera roja con una armadura y una peliblanca con una actitud demasiado rebelde. Ambas estuvieron peleando por toda la montaña hasta terminar en mi jardín dejando un gran cráter en este. No suelo tener mucho contacto con el pueblo, pero estoy seguro de que conozco esa marca... Fairy Tail. Un gremio de magos que solo sabe dar problemas a las personas. Recuerdo que ayude a muchas, pero muchas personas a lo largo de los años a reparar algunos destrozos ocasionados por ellos. Aunque creo que en el fondo no me puedo quejar, el dinero que ganaba haciendo eso resulto siendo útil para mi día a día mientras conseguía algún trabajo estable.

Una Espada Entre HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora