Cuando Barcode se despertó, su cuerpo aún no se había recuperado por completo, por lo que Jeff le preparó a Barcode un suplemento nutricional y lo alimentó personalmente.
Y cuando por fin se recuperó un poco, Jeff lo levantó y lo llevó al baño. Manipulado de un lado a otro por el cariñoso Jeff, era como un gran muñeco, Barcode no se resistió, y fue tan dócil como podía ser.
Mientras ambos estaban sentados en la bañera redonda, Barcode no pudo evitar pensar en sus bebés.
—No me han visto en todo el día...
—¿De qué tienes miedo? De todas formas hay alguien cuidando de ellos, no pueden morir de hambre.
Barcode no dijo nada más y dejó que Jeff lo ayudara a bañarse.
Sólo después de un rato de estar en silencio, Jeff sintió que algo andaba mal con el estado de ánimo del otro hombre.
—¿Estás enfadado?
Barcode no podía decir que estaba enfadado, sólo no le gustaba la forma en la que Jeff trataba a los bebés con demasiada ligereza, así que repitió en voz baja:
—Echo de menos a mis hijos.
—...Iré por los dos más tarde...
Dicho esto, volvió a enterrar su cabeza en el pecho de Barcode, sin dejar una gota de leche para sus hermanos.
Los senos de Barcode habían almacenado un poco de leche tras unas horas de sueño por lo que Jeff tomó el redondo pezón de su pecho derecho y apretó su mandíbula superior e inferior alrededor de la suave carne, chupando con fuerza el blando y húmedo pezón que olía a leche. También su otra mano ahuecó el otro pezón erguido, sabiendo lo lujurioso que era el cuerpo de Barcode, tuvo que hacer que ambos pezones fueran atendidos para que no picaran y se pusiera cachondo.
Las tetas de Barcode estaban siendo atormentadas de esta manera, y era tan cómodo y a su vez, tan doloroso que no pudo evitar torcer ligeramente la cintura en la bañera, tratando de librarse de este placer abrumador.
Su tallo de jade se frotó contra el de Jeff y los órganos sexuales de los dos hombres se endurecieron rápidamente el uno contra el otro. Jeff no estaba dispuesto a ceder tan fácilmente, y prontamente volvió a presionar su endurecida vara contra la parte privada de Barcode, y junto con el agua caliente, se introdujo en el carnoso agujero trasero de Barcode, empujando al hombre hacia arriba y hacia abajo, haciéndolo gemir.
La cara de Barcode estaba borrosa por las lágrimas pero todavía se comportó y sostuvo su pecho para alimentar a Jeff.
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Los dos bebés fueron traídos por la tarde, por Jeff y Barcode sostuvo a los pequeños, besándolos y acariciándolos.
Uno de los pequeños olió la leche del pecho de su madre y balbuceó, rascándolo con sus manitas para tratar de beber la leche. Barcode estaba en una posición difícil, sin embargo, no se resistió al amor que sentía por su bebé, así que sacó su pecho y puso el pezón en la boca del bebé para alimentarlo.
