Jeff estuvo feliz hasta la mitad de la noche, cuando recordó un asunto más importante y saltó repentinamente de la cama, sorprendiendo a Barcode.
—¿Qué sucede?
—¡Los bebés!
—...
—Así que son mis hijos. —Jeff abrió los ojos y miró a Barcode con incredulidad. Se había olvidado de ello.
Los hermanitos menores que no eran agradables a su vista y que estaban en casa todos los días, eran en realidad sus propios hijos.
Para el Jeff de "diecisiete años", que todavía era un joven sin experiencia, el repentinamente haberse convertido en padre, ¡realmente lo llenó de pánico y sorpresa!
Barcode se rió de él:
—Pensé que te darías cuenta de eso mañana.
¿Cómo podía Jeff quedarse quieto?
Levantó las piernas y salió de la cama, atándose el cinturón del camisón con las manos:
—Entonces, ¿por qué no me lo dijiste antes? Estoy tan feliz y confundido; nunca había sentido que mi cerebro fuera tan inservible.
—Temía que estuvieras demasiado emocionado y no pudieras dormir por la noche. —Barcode lo siguió fuera de la cama, sin embargo, sus pies aún no se habían puesto los zapatos, cuando Jeff lo cargo.
—Te llevaré a ver juntos a nuestros bebés. —Dijo Jeff.
Barcode naturalmente enganchó sus brazos en su cuello y dijo con una sonrisa:
—Está bien.
Los bebés se habían dormido hacía mucho tiempo. Cuando entraron, solo entreabrieron la puerta, llenando la habitación con la tenue luz amarilla de la noche.
Jeff se paró al lado de la cuna, apoyándose en la barandilla de la cama con ambas manos y observó cuidadosamente a sus hijos. Después de un rato, giró la cabeza y le dijo a Barcode:
—Son tan lindos.
Barcode sonrió, sintiendo que Jeff esa noche era igual de lindo.
La Vía Láctea estrellada brilló en los ojos del joven Alfa, y cuando se miró a sí mismo en sus ojos, era una vista clara y suave.
Jeff habló en voz baja:
—Solía pensar que los bebés estaban bien, pero ahora creo que son terriblemente lindos.
No pudo evitar extender la mano y tocar las mejillas rellenas de los niños, para luego tocar esas manitas carnosas. Cuando quiso volver a tocar a los niños en sus gordos piececitos, la mano de Barcode lo detuvo.
Barcode se inclinó a su lado y dijo suavemente:
—No les rasques los pies, les darás cosquillas y los terminarás despertando.
—¿Los bebés también tienen cosquillas?
Barcode asintió.
—Puedes intentarlo de nuevo durante el día, pero si quieres despertarlos ahora, no te lo impediré.
Jeff, con una mirada cautelosa en el rostro, retrajo los dedos en silencio, sintiendo que no había tenido suficiente, sin embargo, ayudó a los bebés a tirar de la colcha para cubrirlos con más fuerza.
No fue hasta que salió de la habitación que se atrevió a respirar un poco más.
Jeff caminó por el pasillo silencioso con Barcode en sus brazos; sus ojos miraban hacia el frente pero, en su corazón, aún no se sentía muy tranquilo.
—Antes... ¿cómo nos conocimos tú y yo?
—Fui presentado por alguien. —Dijo Barcode.
—Entonces... antes me contaste que estabas casado con tu esposo... ¿ese soy yo? —Jeff no pudo evitar preguntar.
Barcode suspiró:
—De lo contrario, ¿con quién más lo estaría?
Jeff escuchó sus palabras y sonrió:
—Lo siento, debe ser porque eres demasiado hermoso, que no puedo evitar ser un idiota.
—Sí, eres un idiota. —Barcode dijo.
—¿Tienes mucho resentimiento hacia el "yo" de veintisiete años?
Barcode se apoyó dócilmente en el hombro de Jeff y susurró:
—No lo sé, estabas tan ocupado con el trabajo, y realmente, rara vez me acompañaste antes.
Cuando Jeff lo escuchó, sintió una culpa inexplicable, incluso si no tenía esos recuerdos. Pero tan solo imaginándolo, dijo apresuradamente:
—Lo siento...
—Es el segundo «Lo siento» que dices esta noche. —Barcode tocó la mejilla de Jeff, mirándolo dulcemente. —No te disculpes por esas cosas que hiciste involuntariamente o yo también lo sentiré.
FIN.
Y bueno, hasta aquí termina esta adaptación, espero que les gustara mucho y nos estaremos leyendo en las próximas adaptaciones que haga en el futuro.
Bye!!
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Milk Thief (+18) ||JeffBarcode||
RomanceJeff no había regresado a casa durante los últimos dos años. Ahora, mientras caminaba por la alfombra marrón oscuro de la mansión, no podía oír ningún ruido. Sin embargo, el olor a leche estaba por toda la casa. Sí, el olor a leche. © Adaptación, to...