Detrás de la puerta había luz de la luna y un joven.
La luz de la luna era brillante y caía sobre el sofá, la alfombra y la cama gris.
El rostro del joven, en cambio, era oscuro.
Cuando Barcode levantó ligeramente los ojos para mirarlo, repentinamente se dió cuenta de que lo que tenía delante ya no era un joven, sino un hombre.
Cuando su rostro estaba sombrío, adquiría un aura espantosamente fría.
—¿Qué haces ahí parado? ¿No entrarás para alimentarme? —se burló.
Barcode guardó silencio, pero su pecho pareció elevarse aún más.
Incluso dudó, pensando en darse la vuelta y marcharse, pero al segundo siguiente, fue recogido por Jeff.
—Ah... tú... —fue todo lo que tuvo tiempo de exclamar, pero no forcejeó, temiendo instintivamente caerse, alargó los brazos para engancharlos alrededor del cuello de Jeff.
Jeff se dio la vuelta con él en sus brazos y, con un: ¡Bang! La puerta del dormitorio se cerró de golpe tras él.
—Jeff, bájame. —Barcode movió las caderas intentando liberarse del embarazoso abrazo de koala. Sus zapatos de casa se habían caído en la esquina de la puerta de entrada.
Pero Jeff no se inmutó.
Lo llevó hasta la parte trasera de la pared divisoria antes de permitir que los pies de Barcode tocaran el suelo.
Había una pared de espejos transparentes que estaba frente al baño. Si salía de la ducha, podía verse en la bata de baño.
Pero ahora Jeff estaba desnudando a Barcode frente a este enorme espejo en la pared. Todo lo que tenía que hacer era agarrar el borde de ese camisón y podría obligar a Barcode a quitárselo completamente, desde abajo hasta arriba, pero cuando el camisón se levantó a la altura de la entrepierna, fue presionado por el dorso de la mano de Barcode.
—Jeff, ¿qué estás haciendo...? —El rostro blanco (casi translúcido) de Barcode se tiñó de un ligero color rojo, sin atreverse a mirar directamente a Jeff, pero su mano presionó un poco más.
—¿No viniste a mi puerta para que te follara? ¿Por qué finges?
Barcode se estremeció ante sus palabras y bajando la cabeza, dijo:
—Yo...
No pudo decir nada.
Sus ropas fueron quitadas por Jeff, revelando finalmente el cuerpo perfecto como la estatua de jade de un dios. El pecho estaba ligeramente abultado y el arco inferior estaba lleno y redondo. La cintura era delgada y suave, el par de caderas regordetas y maravillosas. Debido a las perfectas proporciones, incluso midiendo 1'70, parecía tener piernas largas y finos tobillos.
Obviamente no era virgen, tenía rastros de madurez que habían sido cuidados por un Alfa en todas partes, sin embargo, su piel blanca y rozagante, y su rostro inocente, de aspecto recatado y bello, lo hacían parecer particularmente limpio e intacto.
También vestía unas bragas rosas de encaje, una pequeña pieza de tela que apenas podía cubrir su tallo de jade rosa. El completo y carnoso culo estaba expuesto en su totalidad, con sólo una fina correa acanalada en el tentadoramente profundo agujero de las nalgas.
—Así que eres toda una zorra debajo de esa pijama. —Jeff ahuecó la barbilla de Barcode y lo obligó a enfrentarse al espejo: —Preparado para ser penetrado por un Alfa en cualquier momento y lugar, ¿verdad?
—No... —Barcode estaba un poco conmocionado. Probablemente esas palabras explícitas habían agraviado al Omega, porque las comisuras de sus ojos estaban enrojecidas y sacudía la cabeza en señal de negación, diciendo: —No es que quisiera vestirme así...
...Fue su esposo quien le pidió que se vistiera así.
Jeff se dió cuenta de ello.
Toda la contención y la cordura que había ejercido durante días, se derrumbó en un instante. Sólo había querido burlarse de la nueva esposa de su padre, pero en lugar de eso fue capturado por la ternura de Barcode. Podría haberse contenido, mientras el Omega no estuviera de acuerdo, no habría avergonzado realmente a la "esposa" de su padre y hecho quedar mal a Barcode delante de su propio esposo.
¡Pero lo seducía a cada paso!
Ya fuera intencional o no.
Incluso una mirada suave de Barcode, para el joven Jeff, era seductora.
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Milk Thief (+18) ||JeffBarcode||
RomanceJeff no había regresado a casa durante los últimos dos años. Ahora, mientras caminaba por la alfombra marrón oscuro de la mansión, no podía oír ningún ruido. Sin embargo, el olor a leche estaba por toda la casa. Sí, el olor a leche. © Adaptación, to...