Capitulo 2

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Estábamos en la casa del anciano, habíamos hablado en el camino, así que ya sabía nuestros nombres, nos sentamos en el sofá mientras él hablaba con alguien en la cocina, al parecer, un amigo.

Anciano: Oye, necesito que vengas al dojo. Lo abriré dentro de 15 minutos.

Desconocido: ¿Qué pasó?¿Me extrañas? Dijo con un tono burlón.

Anciano: Oye, esto es serio.

Desconocido: ¿Llevo a mis discípulos?

Anciano: Como gustes, pero si necesito que lleves ropa para una niña de 9-10 años y otra de 4-5 años.

Desconocido: ¿Para qué?

Anciano: Sólo llévalo.

Desconocido: De acuerdo, nos vemos en 15 minutos.

Anciano: Okey. Colgó, agarró unos jugos y los llevo al sofá con nosotras.- ¿Quieren? Nos preguntó acercando los jugos. Los tomamos porque teníamos mucha sed.

Yo: Anciano. ¿Le puedo preguntar algo?

Anciano: Por favor, no me digan "Anciano". Díganme Silver Fang o Bang.

Layla: ¡Fang! :D

Silver Fang: O Fang, también esta bien. Dijo mientras acariciaba su cabeza.

Yo: ¿Con quién hablaba?

Silver Fang: Oh, con un amigo. No tardará en llegar, eso creo. Mientras tanto, cuéntenme un poco sobre ustedes, ¿De dónde son?

Yo: No sé. Sólo se que estábamos en un cuarto blanco y unos hombres de bata.

Silver Fang: ¿Algo más que recuerdes?

Layla: Jugadamos. Dijo mientras jugaba con su envase de jugo.

Yo: No eran juegos.

Silver Fang: ¿Cómo que no eran juegos?

Me levanté, me alce la bata que tenía puesta enseñando unas cicatrices que tenía.

Yo: A esto me refiero. Esto nos pasaba si no hacíamos lo que nos pedían. Dije casi rompiendo el llanto y baje la bata para esconder las cicatrices.

Silver Fang: Layla, ¿Te puedes levantar la bata también?

Layla lo hizo, segundos después Silver Fang bajo la bata y me pidió que me acercara. Lo hice, al estar cerca las dos, nos abrazo. Sentí algo, no era un sentimiento malo... Me sentía tranquila, como cuando conocí a Layla. Derrame unas lágrimas, no eran de tristeza, eran de... Felicidad.

Minutos después, salimos de su casa y nos fuimos a otro lugar. Creo que se llamaba: Dojo. Habían muchas escaleras, llegué a la cima casi casi, arrastrándome.

Silver Fang: Esperen, tengo que abrir el dojo. Dijo mientras bajaba a Layla cerca de mí.

Layla: ¿Qué tienes manita? Dijo mientras me picaba la nariz.

Yo: Nada, nada. Sólo me cansé.

Layla: Yo no :D

Yo: Claro, tú no tuviste que subir 500 escalones.

Layla: No :3

Silver Fang abrió el dojo, me metí arrastrándome y me quedé ahí acostada. Layla, simplemente gateo hasta llegar conmigo para acostarse en mi estómago.

Desconocido: ¡¡Bang!! Tengo lo que me pediste. Aunque, sigo sin entender para qué. Le dijo mientras subía los últimos escalones.

Silver Fang: Para esto la pedí. Le contesto mientras se acercaba y nos señalaba.

Toque el cielo sin estar muertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora