Beomgyu estaba nervioso, y no entendía el porqué. Taehyun ya había estado en su casa antes, aunque, en ese momento, se sentía diferente. Hueningkai estaba pasando la tarde en casa de su amigo Lau, así que estaba solo a la espera de que el alfa llegara para acabar el trabajo. Mentiría si dijera que aquellas magdalenas recién ordenadas descansaban sobre la mesa de centro por casualidad. Le encantó ver cómo Taehyun disfrutaba de sus galletas, y quería que probara otra de sus especialidades. Cuando el timbre sonó, salió disparado hacia la puerta, tropezando con uno de los juguetes de su hermano pequeño por el camino. Antes de abrir, se detuvo frente al espejo de la entrada intentando organizar sus rebeldes rizos rubios. Se dio por vencido justo antes de que el timbre volviera a sonar. Taehyun estaba tan imponente como siempre, con unos ajustados jeans negros con rotos en las rodillas y una sudadera del mismo color, siempre fiel a sus botas de combate. Le dedicó una suave sonrisa que le aceleró el corazón, y que Beomgyu devolvió con una mucho más grande y brillante.
- Pase.
Se hizo a un lado, permitiendo que el alfa entrara a su casa. Al hacerlo, una fuerte oleada de olor a bosque le hizo suspirar. Debía comprar supresores pronto.
- Kai está celebrando el cumpleaños de un amiguito en su casa, así que estamos solos.
- Mejor.
Taehyun habló sin pensar y, al ver los ojos abiertos como platos del omega, se apresuró a arreglarlo.
- Quiero decir, así podremos trabajar más tranquilos.
Maldijo mentalmente. Taehyun era una persona que alardeaba de tener siempre el control de las situaciones, pero todo eso se iba al traste cuando estaba con Beomgyu y sus irresistibles ojitos brillantes. Se sentía tímido y torpe, y él nunca fue ninguna de esas dos cosas. El filtro cerebro-boca de Taehyun desaparecía cuando estaba junto al omega, y lo último que quería era espantarlo. Lo que él no sabía era que, quizá y solo quizá, aquella matización había decepcionado a Beomgyu.
Los chicos entraron al salón donde, al igual que el día anterior, les esperaba una mesa llena de libros. Beomgyu no tardó en adoptar su postura estudiosa y responsable, y se concentró en el trabajo, mientras que las palabras "estamos solos" se repetían en la cabeza de Taehyun como en un viejo gramófono estropeado impidiéndole centrarse. Beomgyu llevaba una camisa blanca, con el último botón despasado, y unos ajustados vaqueros descoloridos; y Taehyun solo podía pensar en lo que le gustaría barrer todas las hojas de la mesa con su brazo y tumbar a Beomgyu sobre ella, arrancarle la camisa esparciendo los botones por toda la estancia y amasar ese trasero que tan perfecto se veía bajo esos pantalones apretados.
- Hyung, ¿está bien?
La preocupada voz de Beomgyu lo llevó de vuelta al mundo real.
- Claro, ¿por qué lo dices? - Respondió haciéndose el desentendido.
- Estaba gruñendo.
- ¿Gruñendo?
- Sí, ¿en qué pensaba?
ESTÁS LEYENDO
untouchable.
Fanfictiontras meses de silenciosa observación, ¡llegó la hora de pasar a la acción! taehyun es el alfa más tenido y respetado de todo el instituto, pero no ha podido evitar caer por el dulce omega de cabello rubio y mejillas regordetas. ¿será capaz de dar un...