Sentimientos confusos

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Capítulo 3: Sentimientos confusos.

Pasaron tres semanas desde el trato entre Memo y su jefe, al inicio el omega no estaba muy convencido de ello, pero era un chico que mantenía su palabra. Sus compañeros siempre lo invitaban a comer, aunque tuvo que mentir diciendo que se quedaría en la oficina para avanzar con sus trabajos, aunque con el tiempo cambió excusa a una más creíble llamada hermano, argumentando que todas las tardes comía con él.

—Sabes Memo me gustaría que hoy nos acompañes al cumpleaños de Margarita de contaduría, iremos a un karaoke para divertirnos un rato y pasarla bien con los compañeros. Es viernes y salimos temprano, así que no tienes excusa de no querer acompañarnos, aunque sea solamente un rato. Además, no acepto un no como respuesta— Acevedo tenía la intención de acercar un poco más a Ochoa con su equipo de trabajo y pudiese socializar más con los de la empresa. Los chismosos catalogaban al castaño como un presuntuoso por el simple hecho de pasar mucho tiempo con el jefe etiquetándolo de lambiscón, si bien el omega interpreta eso como una amistad parecía que los chismes de pasillo no decían lo mismo. Carlos estaba preocupado por la reputación de su amigo, conocía a Guillermo poco tiempo, pero fue suficiente para saber que nada de lo que decían los rumores eran verdad, sin embargo, sabía de sobra que Messi era un hombre comprometido y no estaba bien visto que un omega se viera relacionado con el jefe de una forma más cercana a la laboral.

—Bueno está bien, iré contigo— sonrió y analizó que hacía tiempo no salía con alguien diferente a Lionel, no es que le desagradará ya que como amigo el alfa era muy agradable, aunque a veces solía hacerlo enojar, pero necesitaba tener una mejor relación con sus compañeros. Tomo su celular y miro de reojo a Acevedo quien después de lo dicho se concentró en su computadora. Por medio de WhatsApp mandó un mensaje a su amigo argentino escribiendo: "Hoy no podré verte, pospondremos nuestra salida a las Hadas para la otra semana" de inmediato obtuvo respuesta "ven a verme, quiero saber si ocurre algo. Trae contigo los bocetos para la campaña".

—Acevedo iré a ver a Messi, debo mostrarle unos bocetos. Te encargo mi computadora, no tardó.

—Claro— Memo se dirigió hasta la oficina de Messi. Ya era conocido por la mujer rubia quien parecía no causarle sorpresa sus visitas al jefe. — Buenas tardes señorita Elena.

—Adelante pasa, si estas aquí debe ser porque él te mandó a llamar— miro la carpeta que el omega sostenía en sus manos, aunque intento no pensar mal se le hacía extraño que últimamente su jefe y él se mantuvieran tan cercanos.

—Gracias— sonrió, aquella mujer era amable, aunque algo fría pero comprendía que era su deber cuidar del CEO y una forma de hacerlo era siendo estricta con los visitantes. —¿Puedo pasar?— preguntó sin siquiera tocar.

—Pasa— el argentino se encontraba en su computadora desarrollando un análisis de mercado de su otra corporación, dedicada a la industria textil en la que había invertido capital para crear telas que fueran menos dañinas para el ambiente y de mejor calidad. Aunque no era su fuente principal era uno de los otros negocios con los que había logrado multiplicar su fortuna. —Toma asiento y explícame eso de que hoy no iremos a las hadas, ese lugar tan parco comenzaba a agradarme. —Memo tomó asiento frente de él sosteniendo la carpeta de diseños entre sus manos.

—Bueno hoy es el cumpleaños de Margarita de contaduría y me invitaron a la fiesta—sonrió nervioso — así que eres libre de cumplir tu promesa de todos los viernes. — Lionel al escuchar eso cerró de golpe su laptop y lo miró de forma seria.

—Dame la carpeta y vete, no necesito nada más. —Ochoa se quedó confundido, pensó que le diría algo como "bien, odio ir a ese lugar", pero no dijo nada en realidad. Le entregó la carpeta y se levantó para retirarse —No he dicho que te puedes ir, así que vuélvete a sentar y espera a que yo revise esto— el omega se regresó a su lugar mientras el alfa observó los bocetos. << Este me agrada, pero si cambia los tonos>>, <<este otro es sencillo, pero elegante>>, miró de reojo a Guillermo quien esperaba respuesta sin hacer el menor ruido. <<me agradan todos, cualquiera de ellos tiene potencial >> — la verdad no me gusta ninguno— sonrió de medio lado —creo que tendrás que volver a rediseñar, pero no te preocupes los quiero para el lunes— le entregó la carpeta.

Cómo conocí a tu padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora