Capítulo 4: Tlau está feliz

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Tlau está feliz mientras caminan a través del bosque, jungla, pantano, o lo que quiera que sea

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Tlau está feliz mientras caminan a través del bosque, jungla, pantano, o lo que quiera que sea. Nunca ha estado en esa parte del mundo, pero la humedad y la presión atmosférica le avivan la energía. Camina al lado de Rasu por el suelo farragoso. Al cuervo siempre se le ha hecho extraño que Tlau nunca use calzado, pero esta vez le ha tenido que dar la razón. En cuanto entraron al bosque, Rasu tuvo que quitarse sus pulidos zapatos de charol y colgárselos al cuello con un nudo uniendo los cordones. Tlau no olvidará jamás su expresión cuando pisó el primer charco de barro y hierba. El cuervo le había lanzado una mirada de advertencia cuando se echó a reír.

—Vas a espantar a todos los pájaros de China.

—China es demasiado grande para eso.

—Tlau.

—Vale, gruñón, ya me callo. —Pero no ha dejado de sonreír, y puede oler cómo Rasu pone los ojos en blanco cuando a elle se le escapa una risita por lo bajo.

No puede evitarlo, las misiones con Rasu son escasas y sus favoritas. El cuervo no habla demasiado, pero ya lo conoce lo suficiente como para saber que eso es en realidad una buena señal.

Observa a Rasu cuando pasa por su lado mientras elle sujeta una rama baja. El cuervo le mira de reojo y Tlau no le retira la sonrisa. Ahora que sabe lo que piensa de elle es incapaz de no hacerlo.

En realidad, nunca ha tenido la intención de enterarse de ninguna forma que no fuese por el propio Rasu. Estaba en el Refugio cuando escuchó la conversación. Había ido a por unos papeles que le había pedido Sekwi, pero al volver, la puerta de su despacho estaba entreabierta y la voz de Rasu detuvo sus nudillos milímetros antes de llamar.

—He estado algunas veces en China, sí. ¿Por qué?

—Creo que podría haber alguien por ahí.

—Por ahí.

—Por China.

—Sekwi, creo que lo sabes, pero te lo recuerdo por si acaso: China es uno de los países más grandes del mundo. Aunque cierres el terreno de búsqueda, es demasiado como para...

—Por eso Tlau irá contigo. —Interrumpió Sekwi. Hubo unos segundos de silencio.

—Está bien. —Tlau sonrió.

—¿Qué ha pasado con "yo trabajo solo"? —preguntó la reina.

—Sigue siendo un trabajo demasiado grande para un solo pájaro.

—Seguro que no tiene nada que ver con que te cae bien.

—No tiene nada que ver. Tlau me cae bien, pero sigo prefiriendo hacer mi trabajo en solitario.

—Venga, hombre, si la última vez fue bien.

—No, el resultado fue bueno. Es diferente. No tienes ni idea de las veces que discutimos en esas dos semanas.

Plumas Extintas: La Tormenta y la Muerte [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora