Una chica torpe y distraída llega por accidente al valle de las trúfulas dónde conocerá a la criatura misteriosa que lo habita y protege, El Lorax, y a un lindo chico que planeaba utilizar los preciosos árboles para fabricar su producto
Créditos de...
Once Ler: Tranquila estoy bien, tiré mi cosa esa por ahí
T/n: Entonces te rindes?
Once Ler: No creo que tenga sentido continuar, los Thneed están adelantados a su época
T/n: Bueno, si tú lo dices... ¿Qué piensas hacer ahora?
Once Ler: No sé ya conseguié un trabajo luego, lo único que quiero ahora es quedarme aquí contigo
T/n: *sonríe* Me gusta ese plan
Once Ler: *le devuelve la sonrisa* Sí, a mí también
T/n: ¿Cocinamos juntos para la cena?
Once Ler: Me parece perfecto *le da un beso* Iré a cambiarme la ropa y te veo en mi casa más tarde
T/n: Ok, mientras me voy a bañar
//Mientras tanto el Lorax//
Lorax: No! No te comas eso lo necesitaba!
Pato: Cuack!
Lorax: Agh... con ustedes no se puede hacer nada, necesito mejores compañeros de póquer
Pato. Cuack!
//Un rato después con T/n//
T/n: Necesito ir comprar más ropa... *saca toda su ropa*
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T/n: Bueno, ya que, salió eso. Ahora debo apurarme que aún no me cambio y ya casi tengo que irme.
//En casa de Once Ler//
Lorax: Debería acostumbrarme a tu corbata y esa colonia cada que tienes una cita con T/n
Once Ler: No es una cita como tal, si no no estarías aquí
Lorax: Bueno, ¿qué tiene de malo que me inviten de mal tercio? Yo hago lo que sea si hay comida gratis de por medio, y más si la cocina T/n
Once Ler: Me sentí ofendido
Lorax: Sí, no cocinas mal pero ella lo hace mejor
Once Ler: Se le quema hasta el agua
Lorax: ¡Pero hace un pay delicioso!
Once Ler: Bueno... Pero yo sé hacer mejor lo demás...
*tocan la puerta*
Once Ler: *se acomoda la corbata* Es ella... Ok, estoy listo *abre la puerta*
T/n: Hola!
Once Ler: Te ves bien, ven pasa
T/n: Hola Lorax, y entonces, ¿qué vamos a cocinar?
Once Ler: Espagueti
T/n: ¡Perfecto!
Once Ler: Acaso sabes cómo se hace?
T/n: No tengo ni la menor idea
Once Ler: *ríe* Yo te enseñaré, tranquila
//Unas horas después de que T/n casi incendiara la cocina//
Lorax: Bueno... Sorprendentemente está muy bien!
T/n: Ayy ¿de verdad??
Lorax: Sí, me gustó, gracias por la cena chicos
Once Ler: Tiene razón, nos quedó bastante bien, pero bueno amiguito, ahora que ya acabaste tu maravillosa cena, ¿qué opinas acerca de la gran idea de esfumarte de aquí?
T/n: ¡Once Ler!
Lorax: Tranquila niña está bien, ya me voy, los dejaré en su cita
Once Ler: Gracias
T/n: No tienes que irte si no quieres
Lorax: Está bien, cuídense los veo mañana, uno aquí sobra.
Once Ler: Sisisi! Bueno gracias enano se te aprecia a ti y tus consejos y ahora shuuuu!
T/n: Ok... *ríe* Bueno cariño y ahora qué?
Once Ler: Bueno hay que recoger este desastre primero... La cocina está horrible.
T/n: El Arte culinario tiene su precio.
Once Ler: Supongo que lo vale.
*proceden a recoger*
T/n: Nunca me lo dijiste...
Once Ler: ¿Qué cosa?
T/n: ¿Qué planeabas hacer con tu Thneed?
Once Ler: La verdad no sé, eso ya no importa nadie lo comprará.
T/n: Pero, ¿Qué hubiera pasado si tuviera éxito?
Once Ler: No sé, supongo que me hubiera vuelto rico.
T/n: Entonces, ¿Ese es tu sueño?
Once Ler: ¿Qué?
T/n: El dinero.
Once Ler: ¿De quién no?
T/n: No sólo se vive de eso, ¿sabes?
Once Ler: Un poco de dinero no le hace a daño a nadie.
T/n: Supongo...
Once Ler: Igual no importa, esa cosa no tiene futuro, ya pensaré en algo.
T/n: Está bien.
Once Ler: No te preocupes *la abraza*. Todo va a estar bien.
T/n: ¿Lo prometes?
Once Ler: Claro.
T/n: Sí tú lo dices, confío en ti.
Once Ler: Tranquila, yo me ocupo de todo.
T/n: Bueno y, ¿Ahora qué quieres hacer?
Once Ler: Bésame.
T/n: *sonríe* A sus órdenes caballero.
T/n aún no tenía total calma, no sabía que era, pero algo le resultaba extraño, como si un presentimiento invadiera su ser. Y no era bueno.
Aún así, y con toda preocupación, decidió confiar.
Tratando de olvidar esos pensamientos continúo besándolo.
Ellos realmente se amaban y ambos lo notaban.
Tal vez fue la forma en la que Once Ler besaba su cuello, la rapidez con la que T/n se quitó el vestido, el cuidado del pelinegro al tocar cada parte de su cuerpo, o el calor que irradiaba el amor entre ellos y les causaba esa sensación de protección; que hizo que olvidaran por completo la posibilidad de que todo se fuera al carajo...
