Round 1: Breakdown

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- ¡QUIERO QUE ME CAMBIES DE ESCUELA!... ¿DE QUÉ SIRVEN LOS AMIGOS SI TU HIJO NO TIENE BUENAS NOTAS?

Las palabras de Hyung resonaban en sus oídos sin descanso, su hijo tenía razón, pero por más que ella quisiera poder cumplirle aquel pedido simplemente no podía, no estaban bien económicamente, estaban por subir la cuota de la renta, los insumos también iban al alza y su salario era muy poco, apenas podían mantenerse con ramen y algunas sobras que lograba recolectar de los mercados cercanos. De no haber muerto su esposo seguramente nada de eso estaría pasando, pero como una mujer soltera sin estudios le era muy difícil poder conseguir algo mejor.

Pensar en pagar cuotas de otra escuela, uniformes nuevos, renta en otro sitio y dinero extra para la comida de su hijo era prácticamente imposible.

Por obvias razones no durmió en toda la noche, dando vueltas de un lado al otro de su "yo", mordiendo sus uñas pues era uno de esos tics que tenía cuando los nervios le ganaban, las ojeras se marcan en su rostro, ya no era joven y el tren de vida que llevaba tampoco le dejaba un minuto de paz o siquiera algo de tiempo para poder dedicarse a sí misma, ni pensar en comprar algún tratamiento facial, vaya, ni siquiera esas mascarillas que costaban algunos wons estaban a su alcance.

-Ya me voy - lo notaba, ese toque de reproche en el que era la luz de su vida, el chico gordo sale de casa prácticamente azotando la puerta.

Suspira con parsimonia, ve que ya no hay ni la más mínima sobra para desayunar, pero no le preocupa, si Seok ha comido bien, es lo importante. Bebe algo de agua para al menos tener algo en el estómago. Toma sus cosas, irá a la escuela, tal vez alguna beca o ayuda para que su hijo pueda cumplir sus sueños, quién sabe, quizá la suerte le sonría y pueda ayudarle al menos esta vez, al final de cuentas él no pidió venir al mundo.

Con pasos lentos, o, mejor dicho, cansados, empieza el largo recorrido a aquella preparatoria donde su precioso Hyung estudia, el lugar donde están todos sus amigos con quienes seguro se lleva muy bien, solo espera que no se tropiece de nuevo pues ha llegado varias veces lastimado a casa, so pretexto que se divierte tanto con ellos que a veces no mide los resultados en los diferentes "juegos" en los que participa.

Hace mucho calor, cada paso sobre la caliente acera es algo incómodo pues la suela de sus zapatos es muy delgada ya, sus ropas tampoco son las mejores, pero tuvo que esperar a comprarse algo debido a los gastos iniciales del curso en el que estaba su retoño. Al llegar a la institución apenas y la dejan entrar, le han soltado un par de indirectas debido a su aspecto, la palabra "pordiosera" se ha escuchado por ahí, no le importa, no es la primera ni será la última vez que la escuche, pero mientras su hijo pueda tener una educación todo eso vale la pena.

-Lo siento señora Kim, por ahora no hay becas, mucho menos con las notas que tiene su hijo, lo más barato y para el promedio que él tiene... una escuela en Seúl podría aceptarlo, pero es una escuela técnica, al menos saldría con un oficio, sus notas no le ayudarán para entrar a ninguna universidad de Corea, no una de prestigio.

Ella podría responder "claro que no, mi hijo es muy listo" pero sabe que frente a las evidencias no puede hacer nada, le han mostrado las calificaciones de Hyung, no entiende por qué son tan malas, le ve haciendo deberes, estudiar hasta tarde. Lo que no sabe es que las tareas que hace no son las suyas, y no es que estudie, los murmullos que escucha en las madrugadas son palabras de desesperación por todo el daño que le han hecho al pequeño Hyung. Agradece, debía pensar lo de esa escuela en Seúl, se lo propondría a su vástago y haría lo que él decidiera.

- ¡Vamos cerdo!

- ¡Me has hecho perder dinero!

- Perdona Tae S... ¡AH! - voces a lo lejos la distraen de su camino, no solo por el grito de dolor, sino porque sabe de quién proviene el mismo, anda lo más rápido posible hasta ese lugar y le ve, su hijo, a merced de una partida de chicos más altos y fuertes que él, maltratándole sin reserva.

- ¡Dejen a mi hijo! - corre lo más rápido que puede, nota como ese sujeto suelta a su pequeño quien parece un cachorrillo indefenso - ¿no les da vergüenza? - sus puños débiles chocan contra el brazo firme de Tae Sung, quien le mira de forma despectiva

- Mira llamó a su mamá, qué patético...

- Es un debilucho, necesita que mami lo defienda - las voces a su alrededor ella no las entiende, pero alguien más sí

- ¡YA DEJA DE AVERGONZARME! - en el sitio resuena la voz de su pequeño Hyung, se detiene para mirarle, no puede evitar la duda en su rostro pues no comprende por qué está molesto ¿avergonzarle? Si lo que está haciendo es intentar ayudarle, quiere que esos tipos se alejen de él, que dejen de maltratarlo, solo intenta protegerle.

Pero al ver su rostro, y como su hijo se disculpa con esos sujetos abusivos, todo queda claro, era víctima de Bullying, y ahora entiende mejor el por qué deseaba irse de ese sitio, por qué sus notas son tan bajas pese a todo el esfuerzo que parece poner en la escuela. No sabe qué decir, tampoco iba a disculparse con Tae Sung, en su vida haría eso, simplemente se aleja de ese lugar, no quiere avergonzar más a su hijo, nota las miradas burlonas de esos adolescentes seguirla mientras camina lo más normal que puede, pese a que internamente tiene ganas de escapar de ahí corriendo, pero no iba a darles más motivo para burlarse de Hyung.

El cual obviamente se siente mal por haberle gritado de esa manera a su madre, aún más delante de sus compañeros, sacude su ropa, el profesor de educación física había hecho su aparición, tarde claro está, así que no debe aguantar más malos tratos por parte de esos idiotas, no obstante no es que el maestro se la deje fácil, pues no solo le hace correr como si tuviese la misma condición que los demás, le azuza con una vara cada vez que pasa a su lado, con más fuerza cuando nota que baja la velocidad.

- ¡Por eso eres un gordo! ¡no haces el suficiente ejercicio, andando! - le grita sin dejarle descansar ni un momento.

- ¡Mira cómo está sudando!

- ¡SÍ! ¡asqueroso! - escucha a las chicas que pasan a su lado

- Seguro apesta, vámonos rápido - intenta no poner atención pero obviamente es algo que no puede evitar oír pues estas ni siquiera intentan disimular o ser algo discretas.

**************

La señora Kim caminaba de regreso a casa, tenía que idear un plan para poder costear la nueva vida que quiere darle a su hijo, nada mejor que salir de ese pueblo donde estaba sufriendo bastante. Iba algo distraída, pero algo llama su atención, era un nuevo local, de eso estaba segura, se detiene, no solía haber muchos de esos en el pueblo, sus ojos se abren sorprendidos pues es un sitio que se mira bastante costoso.

- ¿Todo bien señora? - la voz de ese hombre le hace dar un respingo

- ¡Oye! no le hables tan fuerte a las personas, así asustarás a los clientes - dice un hombre rubio, prácticamente del mismo tamaño que el otro sujeto con gafas de sol, el cual pese a sonreír, lo hace de una manera un tanto siniestra, aunque no es realmente su intención. - ¿podemos servirle en algo madame? - una idea cruzó la mente de la señora Kim al ver lo amable de ese joven.

- ¿De casualidad no están buscando a alguien que les haga el aseo? - eso deja a los dos sujetos un tanto sorprendidos. 

Guns N' RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora