Guns N' Roses

Round 15: Don't Cry

Al separarse las mejillas de Hyung estaba totalmente enrojecidas, su corazón no paraba de palpitar.

- Yo... - intenta decir algo, pero su voz temblaba

- Tranquilo, no pasa nada - comenta Goo para tranquilizarle.

No obstante, los ojitos de Seok mostraban confusión, no arrepentimiento, pero tampoco se veía tranquilo o feliz como debiese.

- Debo irme - apenas hablar da un paso atrás, nota como el rubio trata de detenerlo, pero ya es bastante ágil por lo que rehúye el agarre echando a correr.

Si Joon hubiese querido iría tras él, pero no deseaba ponérselo más difícil, suspira pesadamente. No creyó que sería fácil, pero tampoco que aquellos encuentros con su amigo dejasen una huella importante en su mente. - o tal vez en su corazón. Decide regresar a casa por ese día, mientras camina de vuelta se da cuenta que a unos metros un bote de helado se está derramando por la acera, le parece algo extraño pues cuando pasó por ahí con Hyung no vio nada, se encoge de hombros, no era su asunto, aunque lamenta la suerte del pobre que tuvo aquel frio accidente.

Por su parte Seok al llegar a su hogar va directamente a su habitación, la señora Kim seguramente estaría trabajando, regresaría en unas horas por lo que necesitaba controlarse antes de eso. Su corazón estaba desbocado, no únicamente por la carrera, debido a que la distancia entre ambos puntos era mínima, pero su respiración era rápida por la carga de emociones, su cerebro parecía explotar al igual que su pecho. No deseaba pensar demasiado sin embargo el cerebro le estaba jugando una mala pasada ya que sin más comenzó a hacer una comparación entre ambos hombres no solo con respecto a los besos sino en general. Gun era sumamente apasionado en varios aspectos, y le parecía más "sexual", contrario a Goo que se portó dulce desde un principio, además de comprensivo le animaba para continuar.

Tan diferentes y atractivos, claro que Jong se fijó en él incluso desde antes de tener el físico que ahora tenía, recuerda aquel primer encuentro donde parecía bastante entretenido masajeando su abdomen aún algo abultado, vuelve a ponerse nervioso solo por eso. La voz en su oído, tan profunda y demandante... Kim por su parte era más "reservado", por supuesto que si él supiese la realidad se daría cuenta que más que eso es que el rubio se estaba conteniendo, si se comportara como siempre seguramente habría avanzado a la par que el moreno, pero estaba siendo más paciente de lo que en toda su vida lo fue. Pero claro eso no pasaba por su mente siquiera, para él eran como dos caras de la moneda. Se sienta negando para sí mismo, avergonzado al ver que nada más pensar en ellos su entrepierna estaba reaccionando, rápidamente se mete a dar una ducha tibia, no deseaba cometer una tontería, aunque fuese solo con su imaginación.

Agradece que su madre llegase más temprano, hablar con ella, pasar el rato, cenar juntos logró que su mente se despejara bastante para ya no enfocarse en aquella extraña situación por la que estaba pasando. Incluso pudo dormir bien, pese a levantarse antes que de costumbre no se sentía aletargado, al contrario, tenía la pila al cien, preparó el desayuno para la señora Kim y Salió a correr un rato, tal vez solo trotar de camino al gimnasio, sabe que a esas horas uno de los dueños ya estará y podrá entrenar un poco más antes que lleguen los clientes.

- ¡Buenos días! – en su mano llevaba una bolsita donde guardaba las bebidas favoritas de los mayores, nadie le responde, supone entonces que la persona que llegó temprano debe estar en la oficina del fondo, camina sin hacer ruido, no a posta, sus pasos son ligeros y el piso del gimnasio ayuda a amortiguar los sonidos, su calzado no era del que rechinaba contra el piso.

- ¡TE DIJE QUE NO TE LE ACERCARAS! – da un respingo un par de metros antes de llegar a la puerta, puede escuchar la voz de Park, parece muy molesto, sumado a un golpe seco contra la pared, no tiene que imaginar nada, puede notar las sombras de los dos detrás de las persianas. No sabe qué hacer, se acerca con tiento.