Alemania, 2006

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– ¿Hablaste con él? – Preguntó Rafa hacia Guillermo. Todos los de la selección estaban en los vestidores.

– Si, y me invitó un café... La neta no se por qué. – Respondió mientras guardaba en su mochila sus guantes de portero.

– Que lindo, el Memin ya está creciendo. – Dijo Andrés sentándose junto a él.

Todos rieron ante aquel comentario de Guardado, pero en especial Rafa. Guillermo pareció molestarle aquello.

– Cállate y mejor vete a que te bese el Káiser. – Le dijo de mala gana.

Oswaldo, Pável y Jared se estaban cagando de risa. Mientras Rafa ponía su peor cara.

– A mi no me metan en sus homosexualidades. – Se dio la vuelta enfadado.

– ¡Cállate, Memo! Rafa tiene como 35 años y yo apenas 19. – Lo miró mal.

Todos prestaban atención a la discusión entre los jóvenes del grupo.

– Andrés, tengo 27 pero nunca andaría con alguien que podría ser mi hijo. – Respondió mientras se quitaba la playera de la selección. – Me iré a bañar, si viene La Volpe me echan un grito.

Rafa se fue a las bañeras, mientras que Guardado solo lo veía.

– Mendigo niño, deja de comértelo con la mirada. – Le susurró esta vez Gonzalo Pineda.

Andrés se echó a reír y también Guillermo porque lo había escuchado, pero no contaban con que Pável también.

– Cállense, el Rafa se coge o lo coge el Puyol, ese el de rulos, el de España. – Andrés se puso a reír como los demás.

"¡Hijos de puta!" Se pudo oír proveniente de las regaderas.

Todos trataban de hacer chistes y no darle tanta importancia con aquella derrota ante Argentina. Eso no les dolía tanto, ellos sabían que habían jugado como nunca y perdido como siempre. Les dolía más que la Federación iba a echar a La Volpe. Posiblemente el único DT que dejó atrás su nacionalidad para apoyar esta selección.

[...]

Rafa salió de las duchas, decidió quedarse un par de días más en Alemania, nada más para ver el desempeño de la selección de sus amigos. España y Brasil.

Él sólo tenía una toalla rodeada en su cintura, una toalla blanca. Se miraba en el espejo, aunque a él nunca le había importado su apariencia.

– Joder, me tengo que cortar estas greñas, – dijo mientras se seguía viendo – y también rasurarme.

Se estaba toqueteando toda la cara y pasando sus dedos por su cabello, así medio se lo peinaba.

– ¡Oye Rafa! Ya llegó La Vol... – Llegó Andrés y vió una escena que jamás olvidaría. –... La Volpe.

Rafa estaba apunto de exprimirse un granito y al oír a un joven Andrés se espantó.

– ¡Andrés! Pero avisa. – Le dijo y se sacó una liga que tenía en su mano para amarrarse el cabello.

Al ver eso Andrés se espantó y fue directamente a él.

– ¡No te amarres el cabello si está mojado! – Lo detuvo antes de que completara esa acción.

– ¿Por qué, enano?

– Porque produce caspa, te deja calvo, te maltrata el cabello y demás. – Andrés también se miró en el espejo.

Notó la gran diferencia de altura, apenas Guardado con sus 19 años de edad medía fácil entre 1.65 a 1.69, mientras que Rafael medía casi 1.85, si no es que media eso o hasta más.

Andrés tragó en seco.

– ¿Por qué crees que tengo estos chinos perfectos? – Preguntó pero esta vez apartó la mirada.

Rafa rió.

– Creo que empezaré a cuidar mi cabello... Bueno, es que me lo quiero cortar, ya no se me hace ondulado. 
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Andrés iba a responder pero no lo hizo, si, él se cuidaba su cabello pero no creía que fuera lo mejor hablar de eso con otro hombre, le pareció extraño.

– Bueno, vine para decirte que La Volpe está aquí... – El jalisciense miró hacia arriba, encontrándose la mandíbula bien estructurada de su compañero, este lo miró y le sonrió.

Marquez asintió y fue por sus cosas para cambiarse. Pero antes, se deshizo la coleta.

[...]

– Me enorgullece haber estado al mando de grandes jugadores, como tu Borgetti, Franco, Oswaldo, Pável, Rafael, Sinha, Pineda, Ochoa... Y todos ustedes que fueron mis seleccionados para representar a su país. – Señaló La Volpe.

Todos con una mirada triste lo miraron.

– Ustedes jugaron de maravilla y entregaron su corazón y esfuerzo... Me hubiera gustado llegar al menos a penales pero el partido estuvo muy igualado. Lamentablemente me tendré que despedir. – Hizo una falta el director técnico.

Jared y Pável trataban de aguantarse las lágrimas, mientras que Oswaldo se mantenía fuerte junto a Rafa.

Ricardo se acercó a Rafa.

– Pude entrenar al mejor capitán que he visto, tu desempeño, tu disciplina y amor hacia tu país demuestran que mereces todo lo que haz logrado. – Lo miró directamente. – Dirigiste a tus compañeros y tú estarás más tiempo con ellos.

El director técnico dedicó unas palabras a cada jugador. Él estaba consciente que México concluiría su primer y último mejor ciclo mundialista. Grandes estrellas que estaban en sus últimos años tuvieron la suerte de estar en el mejor momento en su carrera como seleccionados.

Finalmente al salir del estadio todos se dirigieron al hotel donde se hospedaban. Eran casi las 11 pm.

[...]

Leo se daba el tercer baño del día, bueno, más que baño estaba sólo en la tina con agua caliente. Le dolía un poco la espalda.

Leo cerró sus ojos. Trataba de olvidar todo lo malo y que se le pasara el estrés, pero en un momento a otro los recuerdos del pasado lo invadieron. Por un momento sintió que se caía, que volvía a caer como aquel día cuando tenía 10 años, por un momento se sintió tan indefenso cuando le mencionaron de su anormalidad en la hormona del crecimiento.

Él se levantó rápidamente. El agua se salpicó y una poca había creado un pequeño charco de esta misma en el piso de mármol del baño.

La respiración agitada y el ambiente algo frío no favorecía.

DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora