Capítulo V La Batalla

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- Fili llévate a Arwen de aquí, los demás detengan a los Orcos - habló Gandalf mientras sacaba la pipa de su boca y se levantaba de la mesa apurado
- Disculpa Gandalf pero yo no recibo órdenes, yo me quedo con los demas
- Arwen - voltee a ver a Fili
- No yo me quedo y punto - me dirigí hacia la casa tome mis armas me recogí el cabello con una trenza, salí de la casa, mantuve mi distancia observando todo, mientras oía cada vez más los gritos de los Hobbits de desesperación, desde lo lejos pude observar como un Orco iba a matar a un pequeño Hobbit no lo soporte mas saque mi arco y mientras me dirigía hacia el pequeño Hobbit dispare mi flecha dandole al Orco justo en el ojo matándolo.
- ¿Estas bien? - le dije sin voltearlo a ver para protegerlo
- Gracias Arwen - lo voltee a ver a Frodo confundida - ¿Que haces aquí? Es peligroso ve a casa con Bilbo -
- !!Arwen!! - gritó Frodo asustado, un Orco se dirigía hacia mi, saque rápido mi espada para bloquear su golpe - ¡¡Vete, ahora!! - Frodo salió corriendo, decapite al Orco y seguí caminando para ayudar a otros Hobbits, varios Orocos me perseguían por detrás mientras que mataba Orcos de adelante pero el campo de batalla no me favorecía mucho pues no lo conocía y no estaba liso estaba lleno de rocas y raíces levantadas, justo antes de llegar a un río se me atoro el píe con una raíz levantada, mi pie, lo había lastimado no me podía levantar, desde el suelo disparaba flechas y justo cuando me descuide por un segundo un Orco se acercaba hacia mi por arriba, no tenia flechas saque mi espada pero otro Orco me la quito, lo único que se me ocurrió fue usar mis poderes, miles de Orcos estaban apunto de tirarse encima de mi, me concentre y pase todas las fuerzas que me quedaban a mis poderes, me concentre lo suficiente como para lanzar a todos los Orcos lejos de mi, no pude soportar mas, la vista se fue nublando poco a poco, soporte un poco más, me levante como pude hasta que no aguante más y me desmaye, unos Orcos me encontraron me tomaron y me llevaron hacia la presencia del Orco que parecía el Jefe, lanzo un rugido, llamo la atención de todos, Gandalf se dio cuenta
- Asqueroso Orco suéltala - dijó Gandalf mientras el Orco me levantaba y me ponía un cuchillo en el cuello mientras estaba inconsciente
- ¿Por que? Esta chica es mi boleto hacía la rendición de Thorin - Gandalf se quedo confundido
- ¿Por que tú quisieras la rendición Thorin, acaso eres......? - Gandalf tenía la mirada preocupada
- Si así es yo soy ¡¡Azog El Profanador!!
Todos se quedaron asustados, el silencio y el miedo gobernaron hasta que Azog grito de dolor por una flecha que salió disparado desde lo profundo del bosque, me soltó y caí al piso el golpe me despertó un poco y pude observar un pequeño ejercito de Elfos Grises dirigido por Legolas. Acabaron con la mayoría de los Orcos y los demás se dirigieron a un lado de Azog, quien se lleno de furia y saco su espada me apunto y justo antes de atacarme Legolas se paró enfrente de mi protegiéndome, corto su brazo y Azog se aparto, monto en el lomo de su Lobo dio una señal y los Orcos que quedaban lo siguieron.
Legolas guardo su arma, me tomo entre sus brazos y me llevo hacia Gandalf, cuando llego me bajo y me acostó en el piso enfrente de Gandalf
- Legolas ¿que haces aquí? - habló Gandalf mientras Bilbo se acerco por detrás
- Yo lo fui a buscar - Gandalf se quedo confundido - ¿Cómo es que nadie te vio salir Bilbo? - Bilbo agarro la bolsa de su chaleco y solo sonrío Gandalf entendió -
- Fui por él por que Thraundil me debe un favor, pues yo ayude a que el tuviera de regreso lo que le pertenecía del oro de la Montaña Solitaria, que no recuerdas Gandalf
- Si es cierto Bilbo - recupere fuerzas las suficientes como para hablar, y caminar. Abrí mis ojos y enfrente de mi estaba Legolas viéndome
- ¿Legolas, que haces aquí?
- ¡Arwen! ¿Te sientes bien? - habló Legolas preocupado
- Si, ayúdame a levantarme Legolas - me tomo poniendo una mano en mi espalda y otra agarrando mi mano
- Te dije que te fueras con Fili para que no salieras herida, y ahora Azog sabe quien eres
- Pues también es tu culpa Gandalf, nunca me explicaste nada y tampoco de quien era Lady Galadriel o mi Madre, y por que tenia que irme
- Arwen tranquilízate un poco
- ¡No Legolas, no lo haré quiero respuestas y no me las dan! - me aleje de ahí enojada, camine hacia el río en el que había perdido la conciencia para recuperar mis armas. Estando ahí las busque por todas parte hasta que por fin pude ver mi espada clavada en lo alto de un árbol y mi arco en lo profundo del río, primero tome mi arco lo seque un poco y lo deje en el piso mientras subía el árbol para tomar mi espada que estaba enterrada algo profundo, tire con fuerza para sacarla no pude y en el segundo intento la saque pero de lo fuerte que tire me caí hacia atrás por el impulsó, esperaba el impacto contra el suelo, cerré los ojos espere a que sucediera, nunca llego.
- Hey abre los ojos - era Legolas que me tenia sujeta entre sus brazos
- Gracias - me bajo agarre mi arco
- Deberías de tener mas cuidado
- ¡Si lo se! - me senté frente al río para limpiar mi espada de la sangre de los Orcos
- Hey solo te di un consejo, no se por que me odias
- Eres un Elfo Gris
- Si así es al igual que tú
- Eres hijo de Thraundil quien traiciono a los Enanos
- Eso es asunto de nuestros Padres no nuestros, no debemos de pagar por sus errores
- Claro que ¡Si! - me levante y me acerque a con mi mirada de enojo puesta en el
- Claro que ¡No!, además ni siquiera me conoces bien - se acero a mi y puse mi mirada justo en la de él, sus ojos se veían mejor con la luz del Sol dándole justo en la cara.

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