Capítulo XXIV La Respuesta Final

189 18 1
                                    

Logré abrir un poco mis ojos; estaba mareada y algo aturdida me levanté un poco como puede y miré a mi alrededor, estaba en la cima de la torre cuando la guerra había empezado y Sauron ya no se encontraba en la torre, estaba ahí sola. Me pare y como pude fui bajando las escaleras me sentía débil y vacía mis poderes parecían haber sido arrebatados pero yo seguía viva.
No sabía cómo había sucedido eso pero, no le di mucha importancia, me enfoqué en que Legolas, Frodo y los demás podrían necesitar de mi ayuda. Seguí bajando los escalones mientras me aferraba de la pared para no caer, a los últimos 6 escalones me caí fui bajando los escalones rodando y golpeándome, pero me enfocaba en no perder la conciencia, al salir de la torre cayendo, me quede en el piso y miré el cielo oscuro.
Me paré respiré profundo y me calme, forme un plan y lo puse en acción. El cual se trataba de llegar a donde todos andaban peleando, por el destino de la Tierra Media. Aún no estaba segura que pasaría después, pero estaba segura que quería pasar mis últimos días en compañía de Legolas.
Al paso que iba no me quedarían energías, así que decidí sentarme cerca de un árbol que estaba seco, para recobrar fuerzas. Cerré los ojos por un momento y sin darme cuenta me quede dormida, ya me hacía falta después de no haber dormido mucho, dormí con tanta paz en mi interior. Al estar dormida comprendí lo que de verdad había estado buscando desde que dejé Erebor. Mi intención nunca fue buscar una aventura o las respuestas de la desaparición de mi Madre y mucho menos lo fue destruir a Sauron. Lo único que estuve buscando siempre fue él.
Legolas fue lo que me hizo cambiar y abrirme hacía las personas, él me enseñó lo que nunca pude comprender, me protegió y me enseño el amor que nunca nadie me dio. Desperté y me levante, llena de fuerzas dispuesta a luchar contra aquellos que me impedían llegar a la meta mada me impediría llegar hacía Legolas.
Caminé y aunque no sabía hacía donde sabía que ese era el camino correcto; me enfrenté contra muchos Orcos, me defendí con la espada y las pocas flechas que me quedaban, justo con una flecha en mano derribe al último Orco que me separaba de los demás.
Me encontraba enfrente de la pelea que sucedía por el destino de la Tierra Media, pude observar a lo lejos a Legolas, él luchaba con una cara de maldad en su rostro que nunca antes había visto esa cara de él, no entendía el enojo que traía por más que lo veía no comprendía, pero sabía que lo quería abrazar, besar y amar como nunca antes lo había hecho.
Una sombra alta se formó detrás de él, pero él no lo notaba quería gritar pero no me salía la voz, de alguna manera mis piernas sé movieron por si solas, corría con el corazón latiendo tan fuerte que ya no sentía más su latir, una gran espada negra se fue formando y justo antes de atravesar el pecho de Legolas paré con mi espada el ataque.
El impacto fue muy fuerte que utilize mis dos manos, pero no fue suficiente choque contra Legolas y él en ese momento noto mi presencia.
Legolas se quedó ahí parado mirando me
- ¡Legolas corre!¡Corre!
Mientras yo trataba de detener el ataque Legolas se quedaba ahí algo sorprendido
- Que esperas si no te mueves de ahí nos matara a los dos
Logró reaccionar un poco así que con su espada le cortó la cabeza a la silueta que era un Orco
- Tenemos que seguir
- Espera
Me tomó de la mano y miro mis ojos. Yo sabía que este no era el momento de un encuentro así, pero él simplemente con sus ojos puestos sobre mi, me hizo entender que tanto estuvo él esperando este momento
- Legolas este no es un buen momento, necesito llegar a Frodo.
Lo sé es sólo que
- ¿Qué pasa?
Soltó mi mano y tomó mi rostro para darme un cálido beso, del cuál me despegue de inmediato. Algo no estaba bien simplemente al sentir sus labios sabia que no era él.
- ¿Quién eres en realidad?
- ¿Qué quieres decir?
- Sé que no eres él
- ¿Qué acaso no me ves parado aquí enfrente de ti?
- Te veo pero, más allá de verte a los ojos, veo tu corazón y no es el que yo conocí
- Arwen, la gente cambia, no esperabas que siguiera siendo esa misma persona o
- Aléjate de mí
- ¿Qué pasa ya no me amas?
Tomó mi brazo fuertemente
- Me haces daño, suelta me
- No, no pienses que te dejaré ir, no arruinaras sus planes
Poco a poco la imagen de Legolas se fue volviendo oscura y deformando, hasta volver a su forma original.
Ante mi se encontraba Azog.
- Sauron quiere el Anillo Único y tú eres un estorbo
- Ohh así que me tendiste una trampa que inteligente Azog
- ¿Te burlas de mí? ¡Azog el Profanador!
- Sí - Tome mi espada y la enterre en su abdomen, por lo que me soltó
- Maldita no dejaré que te vayas
- Bien te mataré de una vez
Tome fuertemente mi espada con las dos manos
- Espero que me des una mejor batalla que ese débil Enano que agonizaba al morir por mi espada
Se rió cruelmente y agitó su mazo
- Espero que estés listo, porque está será tu última batalla
Empezó a girar su mazo mientras se acercaba a mi lentamente, disparó su primer golpe, me quedé parada para detenerlo con mis poderes.
El mazo me golpeó y me tiro unos metros más lejos de donde me encontraba.
- No podrás contra mi, porque crees que el Nigromante me nombró como comandante de la legión de orcos
Termine a los pies de un roble muerto, mientras Azog caminaba listo para lanzar el golpe que seguramente sería el final, el miedo recorrió mi cuerpo y en un momento de desesperación, arranque un trozo de árbol de roble para usarlo como escudo
- Ja ese árbol muerto no te ayudará por mucho tiempo
Me protegió de su golpe y en efecto no me duraría mucho, pues al primer golpe se agrieto un poco, sólo aguantaría unos golpes más.
Me levanté y seguí luchando y esquivando golpes pero el pedazo de roble no aguantaría por más tiempo.
Me distrage por un segundo y Azog rompió mi único escudo
- Ahora si
Me movía de un lado a otro para salvarme, no quería morir aquí, quería ver su rostro una vez más y sentirme protegida entre sus brazos.
Ya me tenía acorralada y mi espada estaba ya muy lejos de mi.
Justo en su golpe final cerré mis ojos, algo cayó en mi cara que me hizo abrir mis ojos y darme cuenta que lo que me había caído en la cara era sangre y no era mía era de Kili quién había dado su vida por la mía.
Lágrimas y enojo salieron Azog lanzó el cuerpo de Kili lejos y se paró enfrente de mí, me deslise entre sus piernas y corrí para tomar mi espada, Azog me seguía de cerca, tomé mi espada y la coloqué delante de mí mientras la sostenía con mis dos manos y veía justo a los ojos de Azog
- De esto no te escaparas maldito Orco
Una vez más agitó su mazo con la determinación de matarme pero eso no estaba en mis planes pues mi espada cruzó justo su corazón.
- No debiste de haberte confiado, recuerda mi nombre en la otra vida. Yo soy !Arwen hija de Thorin Escudo de Roble! Y yo te he matado Azog el Profanador.

La ElfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora