Capitulo 3

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Rei hija del duque Yuki una joven calmada, que cuando fue llamada a palacio no dudo ni un momento en ir, ella fue convocada por la princesa Emi una prometedora sucesora para el reino que tenia el apoyo de una parte de la nobleza, aquellos que creían no nacería un hijo varón después de todo, ella fue convertida en la dama de compañía de la princesa, y eso le pareció una propuesta muy importante para su vida, ella tenia 19 años cuando entro a palacio y no fue la única en hacerlo.

Una joven proveniente del condado de los Beito es una mujer alegre y muy entusiasta que entro al palacio a la edad de 22 años para servir a la princesa Nemuri, una mujer excéntrica en toda la palabra, estar a su lado fue algo muy divertido, escapar del palacio para ir al pueblo se volvió una costumbre que hacían una vez por semana, la diversión era muy importante en la vida de la princesa Nemuri.

Mitsuki una joven noble, proveniente del Vizcondado Basuto se convirtió a sus 19 años en la dama de compañía de las princesas gemelas, logrando así una cercanía digna y admirable de su nobleza, se hizo más cercana a Inko una joven que era mucho más pequeña que ella, pero aun así era un encanto de mujer, adorable y tranquila, pero Anan era igual de tranquila que Inko así que convivir con ellas no fue nada difícil.

Ryuko una joven rubia perteneciente a la baronía de Tatsuma en el oriente del imperio que en su pequeño territorio tenían una mina productora de carbón que en temporada de invierno su producción ayudaba a la zona oriental del imperio a calentarse, el recibir la propuesta para convertirse en una dama de compañía de una de las nobles princesas imperiales, fue una fortuna para ella y su familia, llegando al palacio para servirle a la princesa Sosaki.

Chitose Kizuki de lo que quedaba de su familia era el título, en su época de esplendor esa familia ayudo al imperio a prosperar, ya que todo heredero de la baronía era de suma importancia para las tropas armadas del imperio, sin embargo de eso ya no quedaba mas que la lealtad a la corona, Chitose tenía miedo ya que no sabía que sucedería al día después, pero cuando llego una carta con el sello imperial de la princesa, fue como un milagro para la joven, y con lo poco que aun tenían ella partió  a la capital desde el este, y sin dudas jamás se arrepentiría de servirle a la princesa Tomoko una bebe de cinco meses de nacida, cuidándola bajo la supervisión de la princesa Emi, fue para ella la luz que necesitaba en su vida.

Mika Oto hija de la baronía Oto ubicada en el norte del imperio, quienes por generaciones sirvieron a la corona como soldados, así como también eran conocidos por ser el escudo del norte, con técnicas defensivas muy buenas, alagadas por la familia Yuki, ella recibió su carta una mañana antes de una fuerte nevada, así que tomo un caballo y unas cuantas cosas, emprendiendo un camino largo de unas semanas hacia el palacio imperial, donde la princesa Emi le dio la tarea de servirle a la Princesa Ryuko.

Aiba Manami hija del marques Manami con un territorio productor de arroz, con los mejores herreros del imperio, cuna de artesanos, dueños de minas de rubíes, ella recibió una carta con el sello imperial al abrirla era una solicitud para convertirse en dama de compañía de la princesa Yu, siendo la hija menor del marquesado con hermanos por delante de ella, la posibilidad de heredar algo era nula, por eso ella sin dudar, preparo sus maletas, para ir a palacio, tenía tan solo 16 años y su deber cuidar de la pequeña princesa, fue la última dama de compañía en entrar, y a pesar de ser la mas joven fue muy bien recibida por las otras princesas y por las demás damas de compañía, la madre de la princesa a al que servía partió del imperio poco después de su llegada, y ella velo por el bienestar de su pequeña princesa, de la mano de su alteza Emi Fukukado.

(...)

Oboro hijo del marques Shirakumo servía a la princesa Emi desde hace ya un tiempo unos cinco años de servicio y ya sentía bastante cómodo su estadía, el problema siempre había sido tener que estar en el palacio principal, donde vivía y hacia todas sus cosas el emperador del imperio Yoneyama, un hombre que había expandido su territorio y mantenido unido a sus fuerzas armadas, con el asesinato y muerte, los castigos que este hombre había puesto, y las leyes que había establecido desde que él tiene memoria habían sido demasiado severos, la primera vez que vio una ejecución fue la muerte de una reina públicamente, eso fue aterrador para él, pero como sirviente del imperio tenia que bajar la cabeza ante esas situaciones, había visto como algunos sirvientes el palacio principal les amputaban las manos como castigo, e incluso algunos fueron quemados vivos por ello; sin dudas algo horrible de su trabajo era tener que pasar por el palacio del emperador para dirigirse al palacio donde residían la princesas, le ponía extremadamente nervioso dar un paso en falso y eso Emi lo sabía más que nadie.

La eterna sonrisa de la reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora