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iván ✦ rancho de ismael zambada. sierra de badiraguato, sinaloa, méxico.
salieron de culiacán con dirección al municipio de badiraguato, la caravana de autos de lujo llamaba la atención de las personas que se encontraban por la carretera, escoltaban de cerca a la gran hemi blanca que iba a toda velocidad. el norteño y la banda se dejaba escuchar a través del sistema de audio. los motores alterados los dejaban sentir aún más la adrenalina del momento y la cajuela del auto estaba repleta de botes de tecate, cubiertos de hielo para mantener fría la cerveza. la fiesta se pondría buena.
estaban ansiosos por llegar, tanto que les parecía imposible lograr perderse entre la gente. no debían llamar la atención al momento de meterse a la sierra, era un lugar confidencial. por ningún motivo debían de verlos ingresar. tardaron un poco más de lo usual, era fin de semana y la carretera se encontraba en constante movimiento. pero no fue imposible.
una vez que todos se alinearon en el camino de terracería, bajaron el volumen a su música y a la velocidad en la que se movían. los hermanos guzmán conocían a la perfección el camino hacia el rancho del mayo zambada pero aún así debían estar siempre alertas, pues no sabían con lo que podían llegarse a topar.
no tardaron mucho en visualizar el primer anillo de seguridad, saludaron como de costumbre y pasaron sin problemas.
- estamos por llegar, sera. - informó el menor de los guzmán: ovidio, a través del radio a su mejor amigo. quien no tardó ni un segundo en responder.
- ¡aquí los esperamos, compa!
iván se empinó su bote, tomando todo el líquido que tenía para después aventarlo por ahí. acababan de entrar al rancho y no pudo evitar sonreír al ver esa cinturita que lo tenía loco. estaba junto a sus hermanos y eso solo hacía que crecieran sus ganas de robarle un beso frente a ellos.
alfredo se estiró en su asiento, aventandole las flores que habían ido a buscar antes de salir de culiacán. quería ver qué tan descarado podía ser su hermano mayor.
- vámonos pues. - chilló ovidio al ver que ninguno de los mayores se bajaba del auto.
- 'amos, ratón.
la tercia bajó del auto, ganándose las miradas de algunos invitados y aunque no era una fiesta, había bastante personas. no estaban celebrando nada, no había ningún motivo aparente para la peda que vicente había organizado, pero quiénes eran ellos para negarse a asistir.
don mayo le dedicó una mirada para nada agradable al verlo acercarse con su gran ramo de rosas rojas. no le importó, solo le ignoró por completo hasta llegar al lado de perséfone zambada.
- mi chula te traje para ti estás flores. - le comenzó a decir arrastrando un poco las palabras, iván archivaldo ya estaba algo ebrio. - , que si ahorita ando borracho mañana será el doble..
