➯ 𝘔𝘪𝘯𝘚𝘶𝘯𝘨 ✎ Las 15 Debilidades de Minho

#12

#12- Su narcisismo

Nuevamente Jisung había tocado el tema de extrañar. Es que le parecía gracioso que Minho armase tanto drama por no verle en una semana.

Eres un drama king. Le había repetido por segunda vez en el día.

— Ya lo sé. Odio eso, así que no me lo repitas... Suficiente martirio tengo con que eso de ser un melancólico que extraña a todos no va conmigo —se quejó.

— Ya, porque eres un tipo rudo con tatuajes y sabes pelear —trató de burlarse de él.

— Y añade ahí que estoy buenísimo —en eso tenía razón.

Han rió y luego se dejó caer sobre el colchón del peliacero.

— Lo estás —confirmó, haciéndolo sonreír orgulloso.— ¿Para que sigues yendo al gym? —cuestionó curioso.

— ¿Para qué crees? Para tomarme fotos y subirlas a mi Instagram. Mis fans me adoran... —Jisung dio un revuelo de ojos.— Y también para mostrarles a todos los debiluchos de allí estos músculos y este cuerpo hecho por dioses —dijo besando su tricep.

— Oh my god, Minho, tanto narcisismo te ha comido el cerebro... Digo... Si es que alguna vez lo tuviste— 

Comenzó a reírse

.— ¿De qué hablas? — 

— De tu debilidad número doce —respondió.— Tu narcisismo —

El contrario frunció el ceño.

— ¿Estás diciendo que soy un creído? — 

— Razones para serlo tienes. Porque estás como estás y eres quien eres... Pero presumir tanto de eso te resta puntos, galán —sin más se puso de pie para acercarse y palmear su hombro.— Si yo fuese alguna de tus citas apenas te pusieses a hablar de lo bueno que estás te mandaría a la mierda... Es que, no sé el resto, pero yo odio que me digan algo que es obvio, o sea, tengo ojos, puedo ver claramente lo que posees... No hace falta que me lo restriegues en cara — 

Explicó de la forma más instructiva posible y luego se rió al ver la mueca de desagrado ajena.

— Qué bueno que no eres ninguna de mi citas —soltó haciendo reír al otro.

Luego lo agarró de la cintura y lo acercó a él.

Tomando con una de sus manos su mentón, para alzar su cara y hacerla quedar muy cerca de la suya.Se acercó sin pedir permiso y comenzó a besar al pelinegro, que luego de pasar su etapa de sorpresa correspondió al beso, abrazándolo del cuello y ladeando su cabeza para darle mayor acceso a su boca.

Minho introdujo su lengua, e hizo el beso más profundo hasta que se separaron en busca de aire.

— También beso genial — 

— Menos diez puntos. Eso es cierto, pero acabo de comprobarlo, no necesito que me lo recuerdes, genio, no tengo Alzheimer. Literalmente acabo de tener tu lengua en mi garganta no hace más de veinte segundos —sin más le guiñó un ojo, lo alejó con su dedo índice en la frente ajena y se rió dejando al mayor solo.

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