Veinticuatro

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Valentina subió a su habitación, tenía que enfrentarse a Juliana, a sus sentimientos por ella. Abrió la puerta y se encontró la habitación vacía, el pánico la invadió, su maleta estaba allí, no había tardado tanto como para que alguien hubiese podido secuestrarla, estaba segura de que nadie las había seguido. Salió de allí y se dirigió a la habitación contigua, quizás Juliana había querido hablar con su madre o intentaba convencerla para que la repartición de los cuartos fuese diferente. Estaba por llamar cuando escuchó un sonido sordo, ¿un forcejeo? Sacó su arma y estaba a punto de entrar cuando escuchó unos gemidos, su rostro comenzó a sonrojarse al darse cuenta de lo que estaba sucediendo y de lo que había estado a punto de interrumpir. Pero eso la dejaba nuevamente con su duda, ¿dónde se encontraba Juliana? Comenzó a andar por la casa, no quería alertar a nadie por si Juliana simplemente se había perdido de camino al baño o a la cocina. Salió fuera para cerciorarse de que el coche seguía en su sitio y entonces la vio, estaba junto al establo mirando a los caballos.

-Aquí estas- dijo aliviada posicionándose a su lado

-Necesitaba respirar, no estaba preparada para enfrentarme a ti- Juliana sonrió con tristeza al ver como un caballo blanco se acercaba a uno negro y éste se alejaba- ¿Ves esos caballos? Así somos, intento acercarme a ti, pero cuando estoy lo suficientemente cerca te alejas. Hoy no puedo, no estoy preparada para un nuevo rechazo, para una nueva excusa. No me quedan fuerzas Valentina- los ojos cafés miraron los azules con lágrimas en los ojos- No puedo más, estoy preparada para dejarte ir, no lo intentaré más, no sé qué te da tanto miedo, pero no puedo más...- Juliana no pudo seguir hablando porque un beso de Valentina la calló

-No quiero tener miedo, no quiero que te alejes de mi- pidió Valentina- Siempre el trabajo ha sido lo primero para mí, cuando estaba en la escuela era sacar las mejores notas para poder ir a una universidad, en Utah ser la mejor agente, el trabajo ha sido mi prioridad durante años, aparte de Amy y Beltrán no tengo amigos, solo compañeros de trabajos, no se me da bien relacionarme con los demás, porque me siento más cómoda trabajando, allí sé lo que debo hacer. Me gustas, pero me da miedo, porque todo lo que conozco, todo lo que he sido hasta ahora me dice que esta mal, que debo protegerte y si entran en juego mis sentimientos no seré capaz de hacerlo bien

-No entiendo del deber o la protección de un agente- respondió Juliana- Pero sí, de amar y proteger a las personas que amas, cuando te enamoras, cuando alguien te importa quieres protegerla, no importa que no sepas cómo o que no seas un agente de la ley, tu prioridad es proteger a esa persona por encima de todo, de hacerla feliz. Crees que estar conmigo haría que me pusieras en peligro, ¿pero no te esforzarías el doble en que estuviera a salvo?

Valentina miró al frente, hacia los caballos, pero su mirada no estaba observando esos animales, sino que estaba mucho más allá, Juliana le dio tiempo porque sabía que estaba pensando en sus palabras y debía darle tiempo para que las asimilara y tomase una decisión por sí misma, sin que la presionase. La pelinegra estaba nerviosa, aunque quería darle el tiempo que necesitaba a Valentina, la espera la estaba matando, era un momento decisivo, si le decía no, no volvería a insistir, se olvidaría de ella de una vez por todas, si decía sí, podía ser el comienzo de algo hermoso



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-Espero que no vayas a ir así- comentó Hilma al ver que Aimé estaba en su ropa de trabajo y delante del ordenador

-¿Ya es la hora?- Aimé se colocó bien las gafas, había estado tan inmersa en su trabajo que ni siquiera se había acordado que esa noche se iban a infiltrar en el Passion Hot- Tengo mi ropa en el vestuario, pero he estado investigando, mira esto- Aimé giró la pantalla para enseñarle su contenido a Hilma

Shoot (Juliantina AU) - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora