Amy veía discutir a las dos mujeres que tenía delante, la transformación de Rosamund había sido completa, no quedaba nada de la mujer coqueta, ahora se la podía comparar con una fiera, no se dejaba acobardar, refutaba todo lo que Lucy le decía, la mirada pasó a la otra mujer, con el mismo fuego en sus ojos, su cuerpo curvado hacia Rosamund sobre la mesa, aferrando la mesa con fuerza, era una batalla dialéctica. Amy miro a la mujer mayor, recordando el sueño que había tenido, como la había mirado y le había disparado, aun su corazón se aceleraba al recordarlo, no sabía cuándo se había quedado dormida, tampoco cuando Lucy había salido de la ducha y había leído sus apuntes sobre el caso, la mirada fría que le había dedicado cuando se había levantado sobresaltada, no se había defendido, pero había defendido a su hija, se notaba que haría cualquier cosa por ella, lo que fuese necesario.
Una hora más tarde parecía que ambas mujeres igual de acaloradas por la discusión habían abordado todos los puntos pertinentes, cualquier otro en su lugar se habría aburrido, no era su caso, ver a esas dos mujeres discutir por lo que ellas creían había sido fascinante. Rosamund se giró recogiendo sus cosas, sus ojos se encontraron, antes de salir le entregó una tarjeta mientras le guiñaba un ojo.
-Parece que le has gustado- dijo Lucy sentándose en su escritorio, ni siquiera miró a Amy
-Es mi trabajo- Amy se descubrió explicándose cuando no tenía por qué hacerlo, se acercó a la mesa de Lucy y se sentó en frente de ella, la mirada penetrante que tenía en esos instantes la mujer hacía que se le viese realmente sexy, Amy apartó la mirada y siguió hablando-. En mi trabajo debo tener todos los sospechosos en una lista, aunque sean evidentes que no son culpables, hasta que se demuestra la contrario así debe ser, si se comienzan a descuidar cosas es cuando haces tu trabajo mal, no me estoy disculpando, solo hago mi trabajo, pero si le sirve, no creo que Juliana sea culpable
-Pero sí que lo soy yo- Lucy apretó la pluma que tenía en sus manos- ¿Es así de simple? Si una persona no llora, ¿es culpable?
-Es algo sospechoso, pero cada persona es diferente, no todo el mundo llora- Amy miro nuevamente a la mujer a los ojos-. Pero todas se sienten devastadas de una forma u otra, usted está preocupada por su hija, pero no se comporta como una viuda
-No soy su viuda- Lucy se levantó, se acercó a la ventana y volvió sentándose en la mesa, cruzo las piernas- Juliana no lo sabía, pero su padre y yo dejamos de ser un matrimonio hace mucho tiempo, cuando Juliana confesó que le gustaban las mujeres comencé a investigar, iba a locales de lesbianas, leía libros, terminé sintiendo curiosidad, obviamente no hice nada, era una mujer casada, pero poco a poco comencé a tener fantasías con mujeres, mi propio marido no me ponía nada en la cama, nuestras relaciones fueron cada vez a menos, él se daba cuenta de que no sentía nada, por lo que un día dejo de insistir, se buscó una amante, ¿pero quién era yo para reclamarle nada? Volvía a casa, se preocupaba de su familia, adoraba a Juliana, éramos compañeros de casa que tenían en común lo más valioso que la vida nos había dado, a nuestra hija. Me duele su muerte, más porque creo que fue culpa mía, por mi trabajo, me siento culpable, pero no soy su viuda, no soy quien debe llorarle
Lucy se levantó y se sentó en la silla frente a su escritorio, sacó varios papeles y comenzó a trabajar. Amy supo que la conversación se había acabado, por la forma de contarlo, también supo que era a la primera persona a la que le había contado que le gustaban las mujeres
*****
La noche había llegado, Renata acompañada de Beltrán entró en el piso donde se encontraba Juliana, Valentina seguía quejándose por el plan, no veía buena idea que una civil entrase en un antro donde podría convertirse en la escena de un crimen, pero su jefe había dado la orden y ella no podía hacer nada
-¿Lo has traído?- preguntó Juliana cogiendo la bolsa que traía Renata
-¿Me puedes explicar para que necesitas esto?- preguntó Renata mirando a su amiga-. Tuve que comprarlo todo, no me han dejado entrar en tu casa, sigue todo acordonado
-Una misión- dijo Juliana sonriendo con satisfacción al ver que estaba todo lo que había pedido
-¿Como una misión?- Renata levanto una ceja inquisidora, su mirada paso de la pelinegra a la castaña que estaba sentada en el sofá de brazos cruzados
-Nada importante- dijo Juliana restándole importancia
-Conozco esa mirada- Renata se puso delante de ella cuando iba a entrar en una de las habitaciones del apartamento- Dime que no vas a meterte en un lio
-Voy a estar bien, además Valentina y otros agentes vendrán conmigo- le aseguró Juliana- Ven ayúdame- antes de entrar en la habitación, le lanzo una de las bolsas a Valentina- Ponte esto
Una hora más tarde Juliana salió de la habitación, su pelo estaba totalmente liso, llevaba un corsé muy ajustado en rojo y negro, dejando ver sus exuberantes pechos que sobresalían la mayoría, tapando exactamente por encima de sus pezones, sus piernas estaban enfundadas en un apretado pantalón de cuero, mientras andaba con pasos firmes, las largas botas negras de tacón de aguja resonaban en el suelo. Juliana no se sorprendió al ver que los agentes que estaban en el piso la miraban con lujuria, estaba acostumbrada a ello, lo que no estaba acostumbrada es a ver la sexualidad personificada, paro sus pasos de golpe, disfrutando de la vista, dándole igual parecer descarada, pero esa visión era demasiado buena para desaprovecharla. Cerca de la puerta, intentando tirar hacia abajo su camiseta, y acto seguido, hacia arriba, estaba Valentina, llevaba una camiseta con bastante escote, donde se podía ver un sujetador negro, era lo suficientemente corta para dejar ver todo su abdomen, la agente parecía nerviosa, como si no estuviera acostumbrada a llevar esas clases de camisetas, sus pantalones de cuero resaltaban la longitud de sus piernas, a diferencia de Juliana, sus botas eran cortas.
-¿Y la agente Bradshaw?- Juliana tuvo que aclararse la garganta pues le había salido ronca
-Está esperándonos en el coche- Valentina desvió rápidamente la mirada del pecho de Juliana, aunque no pudo evitar que se le notase el rubor de sus mejillas
Ambas se montaron en el ascensor, Valentina se interpuso entre Juliana y la puerta mientras se cerraba, mentalmente se decía que era para protegerla de un posible ataque, pero en el fondo sabía que lo hacía para evitar que los ojos lujuriosos de los dos agentes que estaban en la puerta siguieran mirándola. Se puso a un lado del ascensor, Juliana estaba recostada contra la pared del frente, una sonrisa coqueta estaba dibujada en su rostro
-¿Has ido alguna vez a un sitio como el Passion hot?- preguntó Juliana mirándola directamente
-No
-¿Crees que estarás a la altura?- Juliana se acercó lentamente a ella, encajando una pierna entre las piernas de Valentina, cuando ésta puso ambas manos entre sus cuerpos, de un rápido movimiento Juliana le agarro las muñecas levantándolas por encima de su cabeza- Donde vamos estarás a mi merced, estaré al mando, así, tal como estas ahora- Juliana besó el cuello de Valentina, le dio un pequeño mordisco y antes de separarse lo lamió.
Valentina cerró los ojos, sabía que podía apartarla con gran facilidad, pero su cuerpo no le respondía, sentirla tan cerca hizo que sus piernas le temblasen, sus labios en su cuello hicieron que se mordiese el labio, al sentir el mordisco no pudo evitar soltar un gemido. Las puertas del ascensor se abrieron, Juliana se apartó de ella con una sonrisa triunfante y un brillo en los ojos que reflejaban el deseo. La separación de sus cuerpos hizo que temblase de frio, deseaba tirar de ella y volver a tenerla pegada a su cuerpo, pero sabía que nunca lo haría, era su protegida, debía tener la mente despejada, pero por primera vez en su vida, sintió la incomodidad entre sus piernas, la humedad que urgía que esos ojos cafés la miraran mientras esos labios carnosos besaban su cuerpo. Sacudió la cabeza desterrando esos pensamientos, a pasos rápidos se dirigió hacia la entrada del edificio, pudiendo sentir a sus espaldas la mirada de Juliana.
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By MartaSnix
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Shoot (Juliantina AU) - Adaptación
FanfictionDesde que la vio, Juliana supo que la amaba, pero no se acercó a ella porque era menor de edad, pero al cumplir los 18 años, vio su oportunidad. Valentina Carvajal la agente del FBI más joven de su promoción, solo ha tenido tiempo para llegar hasta...