dos ; hola

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Ahora si estaban en un gran problema.

Lisandro se había despertado temprano como de costumbre.
Despertó a Julián y mientras dejaba que su primo se desperece comenzó a hacer el desayuno para los dos. Luego de traer al menor casi a las patadas porque no habia fuerza sobrehumana que lo levantara de la cama, desayunaron en paz y se prepararon para ir a sus diferentes labores; Licha a la tienda y Juli a la facultad.
Con un beso en la frente para su abuela y otro para su mamá, ambos caminaron hacia la parada del colectivo, el cual abordaron a los pocos minutos (por suerte).

Licha fue el primero que se despidió, descendiendo en la parada que quedaba en frente del negocio.
Como era viernes, día de repartir pedidos se supondría que Enzo llegara a las 9 para poder empezar con la ruta de entrega.

Cuando el reloj marcó las doce del mediodía, Enzo nunca apareció, ni tampoco respondió los mensajes y mucho menos las llamadas.

Julián llegó al local preocupado por los mensajes que su primo le había enviado, salió antes de clase y estaba dispuesto a ir a casa del morocho bonaerense para ver si estaba bien. Pero cuando se dispuso a irse, por la puerta ingresó Enzo.

Con un brazo enyesado.

Básicamente tuvo un pequeño accidente cuando estaba preparándose para salir de su casa, medio dormido bajando las escaleras pisó mal, se cayó y se fracturó el brazo. Junto con su madre habian salido tan rápido para el hospital por el dolor que estaba sintiendo que se olvidó de llevar su celular y ahora le había pedido a su madre si lo podía dejar en el negocio de paso ya que ella iba a su trabajo.

"Veinte años al pedo pibe, a ver si tenes más cuidado la próxima."

Le había dicho el entrerriano mientras le repetia por octava vez que no se haga problema por el trabajo, que iban a conseguir a alguien más mientras él se recuperaba porque no podría manejar la moto en ese estado.
Al final el enyesado Enzo y el consternado Julián partieron a la casa del primer nombrado, con la excusa de que lo ayudaría a cocinar y a cuidarlo hasta que alguien de su familia volviera a su casa.

Licha los molestó un rato insinuando que seguro iban a besarse y que tuvieran cuidado para que Enzo no se fracturara los labios.

Como si eso pudiese pasar.

Así que ahora se encontraba solo en la sahumeria-librería, haciendo un cartel a mano solicitando un nuevo repartidor provisorio durante las semanas que Fernández se ausentaria.
Lo vió como una oportunidad de incluir a alguien más, hace tiempo lo venía pesando ya que Enzo por sus estudios no podía con todos los pedidos y económicamente hablando se veía capaz de contratar a alguien más. Ya lo había hablado con Julián y su mamá, estuvieron de acuerdo gracias al crecimiento del local y la fuerte demanda.

Esperaba que apareciera rápido porque sino perdería una cantidad bastante grande de dinero que generaba la entrega a domicilio.

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palo santo | cuti x lichaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora