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Fuegos artificiales y dos opciones, Keiichi no estaba del todo seguro de cual elegir, solo miro a Shuntaro, quien tenía su rostro iluminado gracias a los explosivos en el cielo, creando un hermoso brillo de colores en sus ojos rasgados.
-Yo... Aceptó- Escucho decir al peli blanco, dirigió su vista hacia él, recordando esa charla que habían tenido días atrás.
Cerró los ojos sin nada de que arrepentirse, se formó una pequeña sonrisa en sus labios mientras miraba directo el cielo. -Yo aceptó la oferta- Dijo con una voz tranquila, siendo el ahora observado por el contrario, no lo veía directamente pero sabia que el otro tenía una sonrisa plantada en su rostro.
El otro también dirigió su vista al cielo con los ojos entrecerrados. -Ahora somos ciudadanos de este país Keiichi, se siente como si volvieras a tu verdadero hogar- Su vos era igual de suave y altanera como siempre, pero se podía notar ese pequeño tono de emoción, haciendo obvió el hecho de que estaba complacido ante la idea de quedarse en ese mundo hasta el final de sus latidos, hasta que alguién con una coeficiente intelectual de los dioses logre derrotarlos.
Quedarse a estudiar la humanidad con un hombre joven hermoso a tu lado es algo que uno jamás podría imaginar, mucho menos tener, pero Kuzuryu Keiichi era el único afortunado en tener ese beneficio, sonrió ante lo pensado.
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-Y.... Ya, ahí solo quedará una linda cicatriz- Shuntaro termino de tratar con la herida en el labio superior de Keiichi, ocasionada por el juego del Rey de diamantes, que terminó de una manera bastante violenta.
Se quedaron unos segundos en silencio, los sonidos naturales fuera del hospital llegaban a los oídos de los presentes.
-¿El... Juego fue difícil?- Pregunto el peliblanco, con una mirada calmada y ojos caídos, era de noche y el sueño empezaba a domarlo, pero aún así no quería perder la oportunidad de tener una pequeña charla con el de lentes.
El contrario solo sonrio -Todos murieron- Hecho la cabeza en la almohada de la camilla, sintiendo como todos sus músculos se relajaban ante el alcochonado material, siendo seguido por la mirada de peli blanco.